1. El Despacho III


    Fecha: 16/08/2022, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Arfridio, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... mí. Me increpaste en voz alta.
    Me acerqué y antes de que dijeses nada te pregunté al oído, 
    -	¿Desde cuándo le hablas así a tu Amo y Señor? Te recuerdo que aceptaste acatar mis ordenes siempre y no dármelas tu a mí, así que no me vuelvas a tentar a humillarte delante de él. 
    Dicho esto, aproveché que mi cuerpo le tapaba el tuyo y te metí la mano bajo tu lencería.
    Aquello te excitó demasiado, sentirte tocada por tu Amo, delante de tu marido, en la manera de hacerlo, te hacía sentir orgullosa de humillarle un poco más al cornudo de tu marido, y fue lo culpable de una larga mañana de insultos entre vosotros dos. 
    Me mostraste unos informes, que hablaban sobre la evolución económica, y las represalias que conllevarían. Era cosas de trabajo, así que durante unas cuantas horas estuvimos viendo todo aquello. En un momento dado, te miré a la cara y leíste perfectamente mis labios, Zorra, y acto seguido os pregunté si salíamos a desayunar.
    -	Acabad el informe para hoy a ser posible. Yo tengo que ir al aeropuerto a coger el avión… Dijo tu marido. Me vais informando. Y se marchó. 
    Nos quedamos solos los dos, y pediste permiso para acercarte.
    -	Mi amo, permiso para poder tocarle, y suplicarle perdón. Reconozco mi error y ruego benevolencia conmigo.
    Mi indiferencia te descolocó. Nunca antes habías sentido ese desprecio hacia ti por mi parte.
    -	Acabemos con esto, antes terminamos, antes nos quedaremos libres. Permanecerás de pie junto a mí, y ponte tu collar, zorrita.
    Después ...
    ... de un intenso trabajo, enviamos la documentación a tu marido, y quedamos libres. Teníamos siete días por delante para nosotros dos, para someterte, disfrutarte y abusar por completo de ti. Siete magníficos días en que podría usarte a mi antojo y voluntad y en los cuales serías mi zorra sumisa. Habría que hacer acto de presencia en el despacho, pero eso no iba a suponer ningún impedimento, es más, humillarte en ese despacho, prometía también. 
    -	Bueno, listo. Asunto terminado. Desde ahora, y hasta nueva orden, serás solamente mía. Entrégame tu teléfono, las llaves de tu casa y el coche, y guarda tu bolso en el cajón. Cierra la puerta del despacho, si no quieres tener problemas. 
    Mientras te dirigías a la puerta, me dediqué a observarte, y pensar cómo te castigaría por tu insolencia. Para empezar, una vez bloqueada la puerta, te ordené que permanecieras de pie pegada a ella en posición de revisión. Lo tenía claro, así que cogí mi teléfono e hice unas llamadas. Me oíste hablar con varias personas, mientras permanecías en silencio. Acercándome a ti te dije mirándote a los ojos:
    -	Tu comportamiento de esta mañana, no creas que va a quedar impune. Tendrás tu castigo, ya lo tengo decidido, pero aún no te lo voy a decir. Quítate el vestido y quédate en ropa interior. Y vuelve a tu posición de revisión junto al sillón.
    Y así fue, una vez te colocaste tal cual te ordené, empecé a aflojar la corbata y desabrochar el primer botón de mi camisa, y caminando hacia a ti, te ordené me ...