No puedes pedirle a un gato que cuide un pez - Relatos Eróticos

No puedes pedirle a un gato que cuide un pez

... dormida y despierta, me la cojo rico y le suelto otra tanda de lechita.

Los días siguientes la visito por la noche y tenemos buen sexo.  Una de esas ocasiones le suplico que quiero cogermela por su ojete del culito, ella primero se niega porque tiene miedo que la lastime o le duela, pero consigo un anéstesico local y se lo pongo en su colita, luego cumplo mi siguiente sueño húmedo, cogerme a la comadre Silvia por su culito.  Ella se pone en cuatro y la penetro bien rico y profundo en su ano, ella primero siente dolor, yo la consuelo y le pido que se relaje, ella acepta, me la sigo cogiendo y en unos minutos está ella gimiendo de placer, y sucede lo mejor, ella logra llegar a un orgasmo cogida por el culo y yo eyaculo mucho leche en su ano.  Es lo mejor que he experimentado, coger semejante culo.  A partir de allí me la cojo por sus dos agujeritos, a ella le encanta tener orgasmos por ambos lugares.

Mi compadre en esos días informa que ha podido llegar a los Estados Unidos.  Lo celebramos con la comadre cogiendo en la mesa del comedor y por toda la alfombra de la sala de estar.  

En más de una ocasion, la comadre me escribe a mi móvil que no le baja la menstruación, tiene miedo de estar preñada.  Yo la calmo y le pido que tenga calma.  Y ha terminado en falsa alarma.   Pero es un riesgo.  Ahora está tomando pildoras para estar más tranquilos.  He platicado vía teléfono con el compadre y le digo que no tenga pena que he estado visitando a su esposa y que todo  en su casa está bien. Muy bien.