1. Rosa


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... también se las apretaba, a las dos nos encantaba. Un dedo empezó a penetrarme el culo, solté un gritito de dolor y placer, al mismo tiempo gritó Angélica, al parecer a ella también le estaba dando dedo.
    
    - ¿Les gustó perritas?.
    
    Después nos metió todo lo que pudo los dedos haciéndonos levantar de puntillas y chillar de placer. Me había desvirgado el culo. Yo empecé a llorar por el dolor. Me tomó la cabeza y me empezó a lamer las lágrimas.
    
    - No llores bebé, apenas vamos empezando.
    
    Nos sacó los dedos y no los metió a la boca, haciendo que los chupáramos. Sacó una tanga con un pene de plástico enorme por dentro y otro por fuera. Tomó a Angélica y le hizo chupar uno de los penes. Se puso la tanga metiéndose el pene que chupó Angélica en su sexo. Después me obligo a hincarme y me hizo mamárselo.
    
    - Chúpalo bien puta porque te lo voy a meter enseguida en tu conchita.
    
    Yo se lo empecé a chupar para dejarlo bien lubricado y evitar que me doliera mucho. A Angélica le empezó a acariciar su coñito y a meterle un dedo, ella se deshacía de placer. Rosa se veía imponente con su enorme pene, teniéndonos controladas, amarradas, a mi mamándole el pene de plástico y teniendo el coño de Angélica bien agarrado. En un espejo grande que cubría una de las paredes podía verme hincada delante de ese mujerón. Angélica y yo nos veíamos pequeñas junto a ella. Totalmente a su disposición.
    
    Rosa tomó mi cabello con una mano y me empezó a meter el pene cada vez más adentro y más rápido, me ...
    ... llegaba hasta la garganta, sentí que me ahogaba.
    
    - Hasta el fondo bebé, cómetelo todo perrita. Chupa mi pene puta, chúpalo bien. Eres una ramera sucia mamavergas. Trágatela toda.
    
    Continuo un buen rato, haciendo que el pene que llevaba por dentro de la tanga se le metiera más. Por fin me soltó, tiró a Angélica al piso y dijo:
    
    - Suficiente. Ahora vamos al sofá, es hora de coger. Vengan conmigo perritas.
    
    Jaló la correa para que la siguiéramos a gatas como un par de cachorros siguiendo a su ama. Su culo se veía enorme desde aquí, no le podía quitar las ojos de encima. Al llegar al sofá, ella se sentó y tomándose el pene dijo:
    
    - Ven nena a ti te toca primero.
    
    Me subí al sofá y me metí el pene poco a poco.
    
    - Así ramera, cómetelo todo.
    
    Me dolía bastante era muy grueso, como de unos 5 cm de ancho y unos 20 cm de largo. Estaba muy excitada, mi coño se sentía muy apretado. Yo quedaba de frente a ella, podía ver su mirada maliciosa con una sonrisa de lujuria como lo había hecho en el baño. Me tomó de la cintura con sus manos y me empezó a subir y a bajar. Empecé a jadear y quejarme. Era doloroso pero excitante a la vez. Ese mujerón me tenía totalmente ensartada como una muñeca. Me la metía y me la sacaba rápidamente sin contemplación. Yo sólo podía gritar como poseída ante su mirada perversa.
    
    - Así bebita siéntela hasta el fondo.
    
    Me soltó y me dijo que siguiera yo sola pero con la misma velocidad.
    
    - Continua perra. Si paras antes de que te lo permita te ...
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