1. Rosa


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... grito.
    
    Después de un momento ella se levantó de el sillón y le dijo a la secretaria:
    
    - Lo has hecho muy bien zorrita, ahora mami te va comer el coñito.
    
    Le levantó la falda, la tomó de la cintura, la levantó como nada y la subió al escritorio. La abrió de piernas, bajó su rostro hacia la entrepierna de la secretaria cuando de pronto se me cayó mi bolso y éste hizo un ruido, me asusté por temor a ser descubierta, tomé mi bolso y salí corriendo de ahí, llegué hasta mi casa, entré a mi cuarto me tiré en la cama y me quedé pensando en lo que había visto. Esa escena me había excitado mucho. Recordé a Rosa y su imponente cuerpo. La recordaba sentada en ese sofá tomando a su secretaria firmemente del cabello. Hubiera querido ser yo quien estaba hincada satisfaciéndola. Ya no tenía duda esa mujer me causaba una completa excitación. Me bajé el pantalón. Mi tanguita ya estaba mojada, también me la quité y me empecé a masturbar. Metía un dedo, después otro y me refregaba el botoncito. Empecé a jadear, sólo recordar el voluptuoso cuerpo de Rosa me volvía loca. La imagen de la secretaria hundida en el sexo de ese mujerón me excitaba como nunca. No sé cuánto tiempo estuve ahí masturbándome. Me levanté, tomé un baño y me puse a ver la televisión, volví a pensar en lo ocurrido esa mañana. Me preguntaba si me habrían visto espiando, si sería buena idea ir al siguiente día como si nada hubiera pasado. Pero pensándolo bien nada había pasado, ya que no había yo hecho nada y muy ...
    ... probablemente no me habían visto.
    
    Al siguiente día fui normalmente y me puse a hacer mis ejercicios como siempre. De pronto la vi, estaba haciendo pesas, llevaba un diminuto short, que dejaba ver sus magnificas piernas, traía un top que alcanzaba a mostrar los lados de sus grandes tetas. Las gotas de sudor corrían por su cuerpo, estaba sentada con las piernas abiertas y eso me hizo recordar lo pasado anteriormente, me empecé a calentar, me levanté y fui directo al baño de mujeres, me aseguré de que no hubiera nadie y me metí a uno de los escusados, me senté en la taza, noté que la puerta no tenía picaporte así que sólo la emparejé. Me bajé el short que traía, me bajé las bragas y empecé a darme dedo pensando en Rosa. Apenas empezaba a tocarme cuando se abrió la puerta. Era Rosa estaba parada ahí mirándome fijamente, mientras yo me encontraba con las piernas abiertas, y mis dedos dentro de mi puchita. Me había seguido hasta aquí. Su mirada me daba algo de miedo, su cuerpo se veía aún más imponente de cerca. No sabía qué hacer traté de hacerme la enojada y decirle que se fuera, pero estaba paralizada y no podía ni abrir la boca.
    
    Así que fue ella la que habló:
    
    - Pero a quién tenemos aquí, eres la mirona del día de ayer.
    
    - Yo, yo no...
    
    - ¡Cállate!, aquí sólo se habla cuando yo lo diga. Eres una perrita muy caliente, mira que hacerse una paja en el baño. ¿En quién estabas pensando? ¿En mí? ¿Crees que no noté cómo me mirabas hace un rato?. ¿Y qué chingados pensabas ayer ...
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