1. Verdaderas amigas - Cap. 2.- Anillos de compromiso


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... la tenía más robusta y menos larga, así que no consiguió el mismo efecto.—Ya sé que ustedes la tienen bien parada ahorita, y están más que bien para un palo rápido (en las caras de los chicos noté el orgullo y satisfacción que esas palabras les provocaban). Pero lo que estoy por brindarles va más allá, y para eso necesitan aguantar, hacer un sacrificio. No quiero que en el mejor momento se nos pongan flácidos. Además, tómenlo como un detalle para con nosotras. Como un regalo para que tanto ustedes como nosotras quedemos completamente satisfechas —les respondió Norma.Como ninguno daba su brazo a torcer, Norma se puso seria, cerró la cajita y dijo:—Bueno chicos, pues si no quieren no voy a obligarlos. Ha sido un gusto conocerlos. Pueden vestirse y retirarse, ya conocen como salir del edificio.Obviamente esa era una oportunidad única que no se les presentaría de nuevo en la vida, eso hasta yo lo podía ver, así que...—Está bien, venga. —exclamó Adolfo, y se paró frente a Norma totalmente dispuesto.Mientras que a Adolfo le colocaban el anillo, Domingo y Pepe lo veían como experimentando la misma incomodidad que parecía sentir. Aquel aro aparentaba venirle estrecho, aunque hizo “clic” una vez hubo cerrado.—¡Aaayyy, aprieta un chingo! —exclamó Adolfo.Pese a la queja del joven adonis, Norma dijo que así debía ser.—Es que tiene que ...
    ... quedar estrecho —expresó ella y le frotó el falo brevemente.Pero tales palabras no animaron a ninguno de los otros dos, así que Norma tomó del brazo a Adolfo y con su otro brazo me tomó a mí.—Bueno, ni modo, nosotras nos vamos a almorzar a su amigo, y si ustedes quieren esperarlo pueden hacerlo aquí en la sala, allí está la tele para que no se aburran —les dijo, con particular desdén.Los tres caminamos a la habitación, conducidos por Norma. Mientras lo hacíamos, no pude dejar de admirar el hermoso cuerpo del chico. Bien tonificado, sus músculos estaban pero si bien definidos. «...consecuencia indudable del ejercicio», pensé.Luego mi vista se dirigió inevitablemente al largo pene de aquel joven. En clara actitud de combate, se erguía como lanza dispuesta al ataque.Mi humedad vaginal se hizo patente mientras pensaba que, en tan sólo unos minutos, mi intimidad femenina tendría como huésped a ese largo falo. Falo que era particularmente más grande y lindo que el de mi novio. “Lindo”, no sé cómo pude pensar eso.Para ser sincera, hasta me olvidé de los otros dos jóvenes quienes, antes de que Norma cerrara la puerta de la habitación...—Hey, esperen... —gritó uno de ellos, y ambos manifestaron que aceptaban los términos impuestos por Norma, con tal de no ser dejados fuera de la jugada.Y jugar fue justo lo que hicimos en aquel cuarto. 
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