1. El esclavacho caliente


    Fecha: 24/07/2017, Categorías: Confesiones Autor: pompita, Fuente: CuentoRelatos

    Mi hermana, hermosísima desde niña y dueña de una despampanante figura física y una inteligencia como prodigiosa, tres años mayor que yo, supo desde siempre imponerse a mí en absolutamente todo, sino también hacerme rabiar torturándome de las maneras más diversas maneras haciéndome caer casi de continuo en rabietas desesperantes con las que ella gozaba de la manera más sádica.
    
    A medida que nuestra niñez iba dándole paso a la adolescencia y crecíamos ambos, la superioridad de ella iba creciendo de manera cada vez más enorme, y mi inteligencia en vez de avanzar retrocedía, aunque mi agraciada figura física fuese un encanto que seducía a cuanta mujer me viera.
    
    De nada me valía tal cosa, si mi hermana, hermosísima ella también, era inmensamente superior a mí en absolutamente todo, y sabía hacerme caer como ella quisiera, en esos estados de rabia desesperante al verme sádicamente torturado por ella.
    
    No pocas veces sentía yo ese deseo como alocado de asesinarla, y si en alguna ocasión no lo intenté...fue porque el miedo al fracasar y temer su represalia atroz me detuvo dejándome sólo con el deseo frustrado. Ella era físicamente también muy, pero muy superior a mí, y sabiendo ella eso, me vivía amenazando con agarrarme y someterme a torturas monstruosas si llegaba yo a intentar cualquier ataque a su persona.
    
    Aquel día cuando en mi ser estalló "aquella rara cosa", fue cuando muy próximo yo a cumplir mis 18 años, la escuché decirme aquello que me regurgitó la sangre al ...
    ... oírla decirme así:
    
    -"Voy a dejarte enamorado de mí y caliente como un burro, y vas a ser mi esclavacho caliente y te voy a disfrutar haciéndote saltar ríos de leche por la verga...prepárate porque lo que sigue, será eso!!!"
    
    Confieso, que algo así como una electricidad como erótica... me recorrió entero. Mi hermosísima hermana hacía lo que quería conmigo y yo no podía contrarrestar absolutamente nada nunca, y aquella sentencia... me condenaba desde ya, a una cosa que se me venía sin poder yo hacer nada por evitarlo.
    
    Recuerdo que una enloquecida mezcla de odio y una impotencia atroz me dominó entero, y queriendo yo saltar sobre ella para descuartizarla si ello pudiera hacer me dominó en el deseo de hacerlo posible, pero una vez más, mi miedo y esa impotencia me dejó tieso, mientras mis entrañas genitales sentían ese timbrar erótico que me estaba llamando a aceptar mi destino por ella anunciado, y atrapado en esa rabia e impotencia, me puse a llorar pataleando como chiquillo mañero, mientras mi hermana, así viéndome, comenzaba a danzar brazos en alto en burlona mofa, dirigiéndome morisquetas socarronas. ¡Qué hermosa quedaba eso haciéndome!!! Sabiéndome inofensivo y aprovechando tal cosa, se acercó así bailando, para moverme bien el culo frente a mis bolas, y pegándose a mí, me lo refregó obscenamente.
    
    Entonces, una voraz llamarada candente tomó posesión de mi ser, y aunque lloroso y con rabia cediéndole el paso ahora a un placer invasor, caí de rodillas a sus pies... y ...
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