Manoseada en una autobús - Relatos Eróticos

Manoseada en una autobús

... volví acercarme y sentí como el calor de su mano traspasaba la tela de mi short, movió sus dedos muy lentamente acariciándome, sus ojos miraron mi cara, supongo en busca de aprobación, decidí contestarle dándole un pequeño vistazo de mis tetas, levanté los brazos para sujetarme del tubo de la parte de arriba en vez de las sillas, el top era bastante suelto y al levantar mis brazos quedó unos centímetro debajo de mis tetas, al inclinarme estaba segura que el podría verlas por debajo de la tela, fue en ese momento cuando se subio una mujer embarazada, él se puso de pie enseguida para darle el asiento y se posicionó a mi lado.

Pensé que nuestro pequeño juego había termino allí, pero poco a poco él se acomodo diagonal a mi, una de sus piernas estaba ubicada entre las mías, que tenía abiertas para mantener el equilibrio y sentí su mano acariciar una de mis nalgas, en respuesta repingue mas el culo, al comienzo solo subía y bajaba su mano, luego cambia de dirección y la movía de lado a lado, acercándose poco a poco al centro, me quedé completamente quieta, solo lo deje hacer lo que quisiera, estaba muy excitada y la situación me ponía aún más caliente.

Sus dedos tocaron mi piel, estaban justo en el borde del short y se fueron moviendo hasta tocar la parte interna de mis muslos, solo un pequeño trozo de tela, que estaba completamente mojado de mis fluidos, separaban sus dedos de la entrada de mi vagina, quería sentirlos dentro, quería que los metiera hasta el fondo, solté un ...

... pequeño jadeo que disimule fingien tos cuando comenzó a mover el short, la anticipación me estaba matando y tenía que frenar los gemidos que involutariamente salían de mi garganta, me mordí los labios para quedarme callada.

Introdujo bruscamente dos dedos y los movió con fuerza, que bien se sentía, abrí los ojos que había cerrado sin darme cuenta, mire a las personas que estaban a nuestro alrededor, parecía que nadie se estaba dando cuenta como ese hombre me estaba masturbando frente a ellos, estaba tan caliente que no quería que parará, no me estaba tocando especialmente bien ni nada, más bien eran movimientos fuertes y algo descordinados, pero sentía como me acercaba al orgasmo, definitivamente la adrenalina que da el  exhibicionismo es deliciosa.

El autobús se fue llenando cada vez más, ya parecíamos una lata de sardinas e inevitablemente tuvimos que movernos un poco, por lo que no pudo seguir dediandome y quedé a medias, pasaron varios minutos antes de sentirlo restregando su paquete contra mi culo, se había movido y estaba completamente detrás de mí, estábamos tan cerca que sentí su respiración entrecortada acariciar mi oreja, mientras se frotaba lascivamente entre mis nalgas, estaba prácticamente segura que tenía la verga afuera del pantalón porque podía distinguir su contorno, solo por curiosidad coloque una mano trás de mí muy cerca a mi culo, obviamente el enseguida puso su verga a mi alcance, como pensaba la tenía afuera y muy húmeda.

Sentí el extraño deseo ...