Mi inquilino Miguel - Relatos Eróticos

Mi inquilino Miguel

... que estaban apagadas se despertaron, en realidad ya creía que era asexual. Entre a mi habitación y me quite la ropa, empecé a acariciarme las tetas, mis muslos, me dio hasta vergüenza mirar mi vulva y verla inundada de vello pubico, q podría pensar Miguel si me viera así. Me masturbe un rato hasta que me tranquilice. 
Pasaron unos días y no dejaba de pensar en Miguel desnudo, coincidíamos en la cocina y solo hablábamos un ratico. No sabia que hacer, ni me acordaba como seducir a un hombre. Entonces un día que estaba Miguel en casa, era casi la misma hora en la que me atreví a mirar por la ventana. Y me arme de valor y salí al patio, tuve q lavar una ropa para disimular, fui a tender la ropa al mismo lugar, mi respiración era mas rápida, escuchaba los latidos de mi corazón, mis manos estaban temblando, y fue cuando me atreví a mirar por la ventana de nuevo, y ahí estaba suavemente Miguel, totalmente desnudo en la cama, esta vez su pene estaba totalmente erecto, quizás producto de algún sueño atrevido, sus bolas brillaban con la luz, estaba totalmente depilado, su cabeza creo q le llegaba hasta el ombligo, era grande, grueso y hermoso. Yo tenia mi celular en el bolsillo, desactive la linterna de la cámara y con mis manos temblando logre tomar varias fotos. Salí muy rápido de ese sitio y me metí en mi habitación, me sentía como una ladrona. Con mi corazón acelerado tome mi cel y mire la fotos, unas borrosas y otras muy nítidas, le daba zoom a la pantalla y mis ganas por Miguel ...

... estaban a mil. Me quite toda la ropa y empecé a masturbarme divino, mi vagina estaba súper mojada, recuerdo que acabe dos veces. Desde ese día me propuse seducir a Miguel pero sutilmente, no era el tipo de persona que se atrevería a eso.

Fui de tiendas y compre lencería nueva, mas atrevida, ropa interior diminuta, de encajes, cacheteros, de todo. También realice depilación de mi zona intima. Me sentía sexy, viva, quería que Miguel notara que yo existía. Regularmente hacia Yoga en mi habitación, y empecé a hacer yoga en la sala, quería que Miguel notara mi cuerpo, me ponía hilos dentales debajo de mis pantalones de yoga y mis nalguitas se veían redonditas, recuerdo que la primera vez q Miguel me vio con un pantalón de yoga disimuladamente pude apreciar que me miro el trasero. Empecé a usar esos pantalones de manera regular para estar en casa, me sentía mas cómoda. Pasaron varios día y Miguel no me decía nada, estaba frustrada, tenia que hacer algo mas pero no me atrevía, y lo único que volví a hacer era algo que ya me había atrevido dos veces, era espiarlo. Fui al patio de nuevo a tener ropa y justo cuando volteo hacia la ventana Miguel estaba pasando desnudo, nuestras miradas quedaron clavadas, el no hizo ninguna expresión, yo no pude evitar ver lo que le colgaba entre las piernas e inmediatamente Salí. Llegue a mi habitación, apenada, pensando que le iba a decir, porque estaba yo ahí en ese lugar, de tanto pensar lo mejor era no decir nada. 

Ese día en la noche Miguel ...