1. Visitas a mi vecino (El esposo de Sofía 2: Atrapado)


    Fecha: 07/07/2018, Categorías: Intercambios Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... los bolsillos del vaquero, antes de vestirse. Y después de ducharse otra vez, se preparó para acercar a Rafa hasta su casa.
    
    - ¿Te gustan las pruebas que te estamos haciendo, Rafa?
    
    - ¡Si!, me gustan mucho, doctor...
    
    - Bueno, pues a partir de ahora, cuando oigas que D. Juan, o, yo, decimos “Nabucodonosor”, volverás a sentirte como ahora te sientes; y harás todo lo que él, o yo, te ordenemos. Estés donde estés… ¿de acuerdo?
    
    - ¡De acuerdo!
    
    - Y ahora, cuando cuente hasta tres, despertarás y todo te parecerá absolutamente normal. ¿De acuerdo?
    
    - ¡De acuerdo!
    
    - Uno... dos... tres…
    
    Y Rafa se despertó…
    
    - ¡Bueno!, pues ya hemos terminado por hoy. Ya sabes que tienes que venir por lo menos una vez en semana.
    
    - ¡De acuerdo, doctor!
    
    - ¡Ya puedes vestirte!...
    
    … ¡ah!, creo que mi suegro me dijo que te acercaría a casa. Por lo visto quería saludar a tu madre y conocer a tu hijo. Te espera abajo.
    
    - ¡Genial!
    
    Rafa se vistió y se despidió del doctor con un apretón de manos.
    
    - ¡Gracias, doctor!… aquí me tendrá todas las semanas. ¡Adiós!
    
    - ¡Adiós!… Rafael.
    
    Efectivamente, cuando salió de la consulta vio a su padrino que le esperaba apoyado en la Harley Davidson.
    
    - ¿A qué hora comes?
    
    - Normalmente a las 14:30… ¿por?
    
    - Pues, porque son las 14:05, y me apetecería ver a tu madre…
    
    ... y también a tu chico, que ya debe estar hecho un hombre ¿no?…
    
    … además, así te dejo en casa; que sé que pilla un poco retirado, ¿te parece? Tengo tiempo ...
    ... de sobra, y no me importa acercarte, ¡de verdad!
    
    - ¡Gracias, padrino!, me viene fenomenal.
    
    En casa de Diego…
    
    Estaba verdaderamente afectado por la presencia de Eugenio en la casa de su tío. Después de cinco años sin verlo, tuvo un subidón tremendo.
    
    - ¿Qué te pasa?, le dijo Ariel
    
    - Vamos a llevar al abuelo a su habitación y luego te cuento ¿vale?
    
    Solo eran las 23:05, pero el abuelo hoy no tenía ganas de cenar; quería irse a la cama.
    
    Diego, enseguida preparó unas patatas fritas y unos filetes de cinta de lomo que encontró en el frigo y...
    
    - Hace hambre, ¿verdad?
    
    - ¡Si!... bastante.
    
    Mientras cenaban le puso al corriente de su relación con Eugenio.
    
    - Nos sentábamos en el mismo banco; en primero…
    
    ... pero de un día para otro, dejé de verle.
    
    Sus padres se compraron un chalet en Pozuelo. Y yo me quedé completamente solo… y vacío.
    
    Y ahora, de repente, me lo encuentro en casa de su tío Carlos. Está precioso, ¿verdad?
    
    - ¿El rubio que nos ha abierto la puerta?
    
    - ¡Si!… el que nos ha invitado a tomar café.
    
    - ¡Pues, si!... ¡la verdad, es que es muy guapo, el chaval!…
    
    - ¡Pues eso!, que ese tío me pone muy nervioso
    
    - ¡Lo entiendo!... pero, me ha parecido muy agradable ¿no?
    
    - Es una bellísima persona... y creo que todavía estoy enamorado de él…
    
    ... ¡joder!…
    
    ... ¡creí que ya lo había superado!…
    
    Se acostaron pronto. Y al día siguiente, Ariel dijo de acercarse a su casa; a ver a su madre. Diego le acompañó, porque también le ...