1. Un encuentro de aceptaciòn


    Fecha: 23/07/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: loboenamorado02, Fuente: CuentoRelatos

    Entra al cuarto, desabrocha su saco y de un solo movimiento se deshace de unas hermosas zapatillas de charol negras de 12 cm. Intenta por todos los medios relajar su cuerpo luego de la estresante jornada laboral. Desabotona su blusa, y la hermosa falda floreada que ciñe su figura, y que marca su contorno perfectamente, cae sobre sus piernas cubiertas por unas medias de encaje negro que dejan entrever los pixeleados contornos de sus piernas. Retira su sostén y sus manos se posicionan a cada costado, en las caderas, sujetando el tanga y las pantimedias a la vez y, con dos movimientos circulares de cadera y manos, logra deshacerse de todo cuanto la cubre. Yo, desde la cama, la observo, dibujo su silueta con mis ojos mientras ella se estira en el closet buscando una toalla, resaltando sus caderas perfectas y sus nalgas al aire. Puedo observar sus pechos perfectos, erectos por el frio. Alcanza la toalla y se retira al baño. Su cuerpo, discretamente en la regadera, se impregna de humedad mientras la va cubriendo una capa abundante de espuma, de ese jabón que tanto nos gusta y que hace con su cuerpo un perfume natural, como si de una flor se tratara, y que transpira por cada poro de su piel. Observo desde un rincón del baño, hasta donde la he seguido, cómo la espuma cubre su piel y sus manos que, queriendo ser las mías, recorren cada rincón de su hermoso cuerpo, lavando cada centímetro como si quisiera deshacerse del aroma de otro ser; tal vez pudiera ser que el amor de mi vida ...
    ... haya extasiado a otro como a mí me extasía; y cómo no hacerlo con ese cuerpo y esa mirada de diosa. Sale y camina cadenciosa, me observa y mira de reojo, incitándome a que la siga.
    
    Ya en el dormitorio, su cuerpo semidesnudo y húmedo, envuelto en la toalla y perfumado, se sitúa al pie de la cama donde la toalla se desliza hasta tocar el suelo mientras, desnuda, se introduce entre las sábanas, recargando su cabeza sobre su mano y su codo sobre el colchón. Me mira y con un dedo hace una señal, indicándome que me acerqué. Yo, gustoso, me retiro la ropa y me introduzco entre las sábanas, aún frías y ligeramente húmedas por la presencia mojada de su cuerpo, el cual comienzo a besar poco a poco: su frente, su cara, su cuello, sus hombros, sus pechos, mientras mis manos acarician de arriba abajo su espalda y nalgas. Sigo bajando mi boca, jugando por ese cuerpo que, seguro unos instantes antes, fue poseído por otro hombre. Ahora tocó su bajo vientre, besándolo con ternura, pasión y deseo mientras acarició sus senos, ambos pequeños trozos de su cuerpo, que alojaron y amamantaron a lo más hermoso de nuestra vida. Eso que en su momento dio tanta vida, hoy sirve de medio de placer para ella y para quienes gozamos de su cuerpo y de su ser. Ahora continuó besando con cariño su pubis, mientras mis manos recorren sus contorneadas piernas y algunos de mis dedos juegan con sus labios vaginales, sintiendo la humedad de su interior escurriendo hacia las piernas. Ella mientras, con los ojos ...
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