1. La esposa de mi compañero de trabajo.


    Fecha: 05/10/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Relato erótico con la esposa de mi compañero de trabajo.
    
    ¿Cuant@s no hemos conocido a las parejas de nuestras amistades y quedado impactad@s por su personalidad, físico o atención? 
    Pues eso es precisamente lo que me pasó al conocer a la mujer que tiempo después se convertiría en la actual esposa de mi compañero. 
    Yadira, tiene 28 años de edad, es chaparrita, morena clara, ojos grandes y unos labios carnosos y muy provocativos.
    Tiene unas nalgas gruesas y bien carnosas, unos muslos gruesos y pechos bien acomodados. 
    Cada que tenía oportunidad de verla, no perdía detalle de su personalidad, entre seria y coqueta, poco a poco fui logrando acercarme a ella y así, poder platicar de cualquier cosa, con el pretexto de ponernos al día de alguna cosa. 
    Yo noté que no le era indiferente en lo absoluto, ella notaba que la veía y me veía también, eso fué lo que me animó a seguirla en Instagram.
    Veía sus fotos y me imaginaba cosas, pero al verla en persona, se veía muy tranquila. Jamás imaginé que tenía un fuego enorme en su interior y algunas fantasías en la cabeza.
    Al tiempo me armé de valor y la saludé, enseguida obtuve respuesta e iniciamos una amena conversación, después de todo, ella era casada. Pasaron los días y nuestras charlas se fueron tornando algo más de confianza, ella me platicaba que se sentía enfadada de estar en casa, que sentía que se estaba envejeciendo y yo la animaba diciéndole que ella se veía muy bien, que no pensara en eso. 
    Al tiempo le dije que ...
    ... tenía una foto en la cual se veía muy bien, que en todas salía bien, pero en esa salía muy muy bien. 
    Ella de inmediato me preguntó cuál foto era y al mostrarle la foto de me dijo, si me gustaba como se veía en verdad. Obviamente no dudé un segundo en decirle que sí y a ella pareció gustarle.
    Desde esa vez, ya no paramos en hacernos comentarios sobre nuestro físico y de ahí pasamos a tener una especie de relación, hasta el día en que nos citamos para vernos en persona, todo fue nervios pero nos animamos, de verdad estar solos, frente a frente, fue algo sexual desde el principio.. las miradas eran llenas de fuego, era deseo puro, el calor se desbordaba por los ojos y las manos no pudieron permanecer un segundo más en su lugar.. todo estaba en silencio, pero parecía que los latidos de nuestros cuerpos eran imanes atrayendo uno al otro y sin más, nos fundimos en profundos besos y caricias desenfrenadas. 
    Estar disfrutando de una mujer que no era libre, fué un detonante mayor a cualquier cosa que antes hubiera imaginado.. su boca tenía un sabor a prohibido que sacaba mi calor como nada lo había hecho. 
    Saqué sus senos y comencé lentamente a lengüetearlos, primero en los pezones y después trataba de absorberlos, ella gemía de placer y me acariciaba el cabello mientras yo mamaba y sobaba fuerte. Después, ella quiso mamar mi verga, la acarició hasta que fue creciendo dentro de su boca, lo hacía suave y con ritmo, movía su cabeza de una forma magistral, ¡uff! ¡Que mamadas!
    Sentí que ...
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