1. Hoy es viernes...


    Fecha: 03/07/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentirse bien arreglada cuando fuéramos al bar. Y ¿qué vamos a hacer allá? Pregunté. Tengo curiosidad por ver lo que pasa con Sonia y su aventura. Ah, ¡ya! ¿Y a qué hora es la cosa? Ella me dijo que me apareciera como a las 8 pm. Bueno, ya son las 7:30 pm. ¡Vamos! Le dije.
    
    Ingresamos al bar cuando Sonia e Iván también lo hacían, pero hicimos que no les vimos y nos fuimos directamente a la barra mientras ellos se ubicaron en una mesa para cuatro personas, situada en el extremo opuesto a donde nosotros estábamos. El lugar no estaba tan concurrido, quizá una pareja y dos o tres personas más aparte de nosotros, de modo que era inevitable pasar desapercibidos, tanto los unos como los otros. Y, transcurridos unos minutos después de las 8:00 pm, entraron al bar dos morenos, bastante jóvenes, de contextura atlética, bien formados, que se dirigieron directamente a dónde estaba Iván con su mujer. Los vimos saludarse formalmente, como si se conocieran, y acomodarse, en la mesa, como viejos amigos. Pidieron bebidas y empezaron a conversar.
    
    Era imposible no reparar en la contextura de los dos hombres, parecían basquetbolistas y contrastaban en físico en comparación a los que nos encontrábamos allí. Laura no dudo en decir que Iván tenía buen gusto y que seguramente Sonia la iba a pasar bien. Y yo, para no quedarme atrás, dije que seguramente, además de guapos, estarían bien dotados. Además, contrastaba el color negro de la piel de ambos con el color blanco, caucásico, de Sonia. Y ...
    ... pensé para mis adentros, que ella iba a ser atendida por los dos.
    
    Eran casi las 9:30 pm cuando Iván se levantó y salió del bar, tal vez al baño, quedando Sonia sola con los dos muchachos, quienes, interactuaban con ella entre risas y charla. Apenas llegó Iván, ella se levantó, y también lo hizo uno de los muchachos, quizá el más alto de los dos, quien casi de inmediato la tomó a ella del brazo y la invitó a salir del lugar. Iván se quedó, al parecer, verificando y confirmando su cuenta. Una vez lo hizo se despidió del otro muchacho y abandonó el lugar.
    
    El otro hombre quedó sólo en la mesa y continuó sentado allí, un rato más, terminando la bebida que le habían servido previamente. Mientras lo hacía, no dejaba de mirar hacia donde nosotros nos encontrábamos. Y, pasados unos minutos, quizá una media hora o más, se levantó dirigiéndose a donde nosotros nos encontrábamos. No más acercarse nos saludó con un hola, soy Christian. Hola, dije, ¿nos conocemos? Excuse, la señora Sonia me dijo que quizá podría servirles de guía para mostrarles algo de la ciudad, ya que, entiendo, ustedes, también como ellos, regresan el día domingo. Si, contesté. Y ¿qué nos ofreces, entonces?
    
    Bueno, hoy es viernes. Es el día de mayor actividad en las discotecas y bares de la ciudad. Si les parece bien podemos darnos una vuelta por allí y ver si hay algún lugar especial donde les apetezca disfrutar un rato. Miré a mi esposa, quien, sin decir palabra, asintió con su cabeza. Y la señora Sonia, ¿para ...
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