1. Hombre encantador


    Fecha: 03/05/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... follado nunca como tú lo haces… vamos, continúa.
    
    Teniéndome abrazada por la cintura y acercándome más a él empujó con decisión hasta acabar enterrado en mi interior, para de nuevo salir y una vez más horadar mi rosada flor deslizándose sin el menor problema a través de las húmedas paredes. Sintiéndome herida por aquella especie de punzón ardiente, me mordí los labios evitando gritar lo mucho que aquello me estaba gustando. Estaba bien segura que mi mirada exhausta y feliz hablaría por mí mejor que cualquier palabra que pudiese emitir en esos momentos.
    
    Buscando el brazo del sofá aguanté el brutal tratamiento al que me sometía aquel joven mandinga, fornicándome de manera incansable y soez. Cuánto más gritaba, más fuerte me daba haciéndome sentir su humanidad pegada a mí. Con los ojos cerrados y sin saber dónde agarrarme me noté destrozada por dentro, creí que mi maltrecho coñito no iba a poder resistir por más tiempo el ritmo y la fuerza descomunal de aquel animal salvaje. Soplando y resoplando en busca del aire que mis pulmones tanto necesitaban, mi inquieto culillo se removía de forma circular permitiendo el rápido movimiento del grueso rabo. Sin darme respiro, el joven soldado entraba y salía haciéndome sentir nuevo placeres, follándome con brusquedad, buscando los últimos rincones de mi empapado sexo.
    
    Voy a correrme –me avisó ralentizando tímidamente el movimiento de su pubis.
    
    Sí córrete… dámelo todo… vamos córrete, mi amor –supliqué casi implorante por ...
    ... el inmenso placer que llenaba todo mi cuerpo.
    
    Bastaron unos pocos envites para que se corriese. Gritando y quedándose quieto empezó a eyacular abundantemente notando yo cómo el líquido masculino golpeaba de forma violenta las paredes de mi sexo. Con los ojos cerrados y la garganta reseca disfruté la descarga de mi joven macho mientras un nuevo orgasmo me visitaba de manera furiosa. Cayendo sobre mi espalda sentí el ardor de sus labios besando mi espalda y cómo la respiración entrecortada del muchacho se iba acompasando muy poco a poco. Yo también tardé en recuperarme un buen rato de aquel polvo tan estupendo, el calor de su hombría invadía por completo mis entrañas cosa con la que me sentía evidentemente encantada.
    
    Qué polvo más rico… me ha encantado, cariño… me encanta sentir cómo tu leche me llena entera –exclamé abriendo los ojos y sonriéndole mientras chupaba mis dedos relamiéndome y saboreando los espesos goterones que acababa de rescatar de mi húmedo sexo.
    
    ¡Guau, qué corrida putita! Me siento muy cansado pero completamente relajado –aseguró él mostrándose ampliamente satisfecho.
    
    ¿Estás seguro, soldado? ¿Quieres decir que no serías capaz de echar otro más? –le pregunté mostrándome perversa y retadora mientras con la mano derecha echaba hacia atrás los pocos cabellos caídos sobre mi rostro.
    
    Uf, eres mala. Déjame tomar un baño y descansar unos momentos y enseguida estoy nuevamente para ti –respondió él recogiendo el guante que tan amablemente le había ...