1. Las tetas de Isabella


    Fecha: 20/04/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: rikardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... Usted siempre se va a apartar.
    
    - Lo siento, tendré más cuidado. - dije.
    
    - No, más lo siento yo. Lo vamos a tener que dejar. - Me dijo e hizo un gesto de levantarse.
    
    - No, insisto. - dije yo porque la verdad es que me contrariaba interrumpir el juego en ese momento. Quería ver qué ocurriría y me gustaba la situación que estaba viviendo. El director era un hombre respetuoso y me ponía a cien exhibir mis potentes pechos ante los ojos de un hombre que tenía que estar excitado.
    
    - Cerraré los ojos y ya está. - le dije.
    
    Pero al director no le convencía. Parecía que había perdido el interés por el juego. Decía que al final los abriría y me movería. Yo quería continuar así que le propuse que me los vendara si no se fiaba. Estuvo de acuerdo.
    
    El director tomó un pañuelo que había en un cajón. Entonces me dí cuenta de que quizás me había pasado proponiéndole que me vendara. Ya no podía echarme atrás. Como tenía las monedas escondidas en mis tacones no quise cambiar de postura. Me vendó de espaldas. Lo hizo con más suavidad de la que pudiera imaginarse en un hombre. Luego se dio la vuelta y volvió a su lugar en la mesa. Debió hacer algunos gestos con los dedos y me preguntó si veía cuántos dedos tenía. Le dije la verdad, que era que no. Me extrañó sentir su voz como más cercana. Lo achaqué a que la repentina oscuridad me habría afinado el oído, pero también pensé que podía ser que se había recostado sobre la mesa.
    
    Estaba arrepentida de haber aceptado. Vendada, no ...
    ... sabía dónde estaba el director. Podía haberme mirado desde la altura de la mesa con total descaro el canalón que formaban mis pechos. Eso me gustaba, pero también me hacía sentir vulnerable. Era una situación muy morbosa.
    
    Con estoicismo esperaba la llegada de la moneda. Mis manos seguían atrás en la silla. El director rebuscaba en su cartera y me dijo que no encontraba otra de a 500 pesos. Antes de que quisiera buscar, le propuse que lanzara cualquier otra.
    
    - Tiene que ser de a 500 pesos, es lo que hemos hablado. - me dijo.
    
    - Bueno, pues dos de cincuenta. - le dije en broma.
    
    Sentí el impacto de la moneda que no me golpeó de canto sino de frente en medio del pecho. La moneda se deslizó lentamente por entre mis pechos evitando quedar atrapada en el sujetador a pesar del estrecho espacio. Sentí su calor - pues estaba inusualmente cálida - bajar por mi vientre y quedarse atrapada a la altura de la cintura.
    
    Estaba claro que a mi blusa no le había pasado nada. Pero el profesor explicó que era una de cincuenta, que faltaban otras. Eso de otras me extrañó, pero entendí que no tendría el cambio suelto. Me había gustado la experiencia, los instantes previos a recibir el suave golpe. Sentir un cuerpo caliente que invade tu intimidad sin poder hacer nada al respecto. El estar con los ojos vendados ante un desconocido. Me excitaba. Sentía la humedad que llegaba a mi tenue tanga y los pezones me quemaban en los pechos.
    
    Volvió a lanzar otra moneda. Esta quedó atrapada en mi ...