1. Coqueta un viaje a la cabaña


    Fecha: 17/04/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cima de la colina donde estaba nuestro refugio ocasional, aunque no es muy lejos de la ciudad llegar ahí me da una sensación de calma y escapar contigo a ese lugar es algo que disfruto.
    
    Nos recibió Brutus (el pastor alemán que cuida la casa) entre ladridos de gusto y moviendo la cola. Nos saludó con entusiasmo lo acariciamos un poco y entramos en la casa, llegamos directo a nuestro cuarto sin apenas saludar a Juanita la encargada de la casa.
    
    Rápidamente el short estaba tirado en alguna parte del suelo, tus bragas las tenía en mi cara para respirar tu aroma para absorber la humedad depositada en ella… ni siquiera te quite la blusa y menos el brasier, con ansias te aventé encima de las sábanas blancas de la enorme cama de nuestra habitación… doblaste las rodillas un poco y separaste tus piernas invitándome a poseerte (que postal tan hermosa, aunque te conozco por completo y sé de memoria cada detalle de tuyo, no puedo dejar de admirar tu belleza cada que estamos así uno enfrente al otro, es como descubrir nuevamente el paraíso). Cerré mis ojos para guardar esa imagen en mi memoria.
    
    Baje mis pantalones y me arrime para que bajaras mi bóxer, te sentaste un poco y bajaste de ellos con un tirón… ambos estábamos listos para la acción me clavé en ti suavemente y me pediste más fuerza, salí de ti y me clave de nuevo esta vez mas fuerte…
    
    -sí, así
    
    Fue lo que me dijiste, te di otro empujón, para luego parar y salir de ti por completo… subí mis bóxer y luego los ...
    ... pantalones al tiempo que te aventaba tus bragas y recogía el short del suelo.
    
    Tu cara de frustración lo decía todo. Me acerque a ti para besar tu boca, te hiciste la ofendida y quitaste los labios, solo sonreí y te dije:
    
    - el día va empezando hoy me apetece comer junto a la alberca, vamos el almuerzo está listo. (Tome mi mochila y salimos a la terraza)
    
    Así era Juanita ya nos tenía preparado un buen plato de chilaquiles verdes, un poco de fruta, jugo de naranja y un café listos. Le dimos las gracias y comenzamos a comer ella nos dejó solos junto a la alberca.
    
    El día era precioso, muy soleado casi lo pensamos al mismo tiempo… las ropas cayeron de nuestros cuerpos, nos gusta estar desnudos en esa parte de la casa es muy privada y no se ve desde la casa (tal vez si quisieran vernos se tendrían que esconder entre la maleza). Almorzamos y después de descansar un poco tirados al sol nos metimos a nadar. Nos besamos y tocamos bastante entre nuestras constantes peleas de agua, nos excitamos mutuamente, el sol era muy fuerte y antes que nos diéramos cuenta la piel ya la teníamos irritada, (justo lo que estaba esperando) salimos del agua buscando la sombra de un bonito árbol, un cerezo que en particular te gusta mucho, debajo está colocada una antigua mesa de piedra, te ofrecí llevarte sobre mi espalda y subiste a ella, siempre me ha gustado sentir el calor de tu piel pegada a la mía, sentir la suavidad de tus senos sobre mi piel es algo único, llegamos a la mesa te baje solo para ...