1. Silvia comienza su entrenamiento


    Fecha: 14/04/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos

    Recibí una llamada Silvia muy preocupada y arrepentida de nuestros encuentros a espaldas de su esposo. Se sentía como una hipócrita al ir a su templo, vestirse recatadamente, sonreírle a su esposo y lo peor: “Reprimir sus deseos” porque le enseñaron que eran prohibidos. Para empeorar sus dudas, la muy tonta le había contado a su psicóloga que habíamos retomado nuestra comunicación, según ella, sin ir más allá que mandarnos unos menajes subidos de tonos.
    
    Silvia tenía la misma psicología por mas ya de 20 años, asunto que me causaba cierta suspicacia del por qué no la dejaba. Ya tanto tiempo y no podía, Silvia, superar el trauma que tenía… O es que la psicóloga le gustaba controlarla. Lo que si se, es que en nuestro primer amorío la doctora le dijo que era mejor que terminara conmigo, algo que considere muy sospechoso porque no debería estar tomando decisiones por clientes. Quizás vio en Silvia dinero fácil.
    
    Siempre escuche historias de sus amigas, que hacían esto y el otro con su novio cuando estaba creciendo, pero nada de lo que, hacia ella, solo que tuvo muchos pretendientes, pero nada más. Silvia creció recibiendo ordenes de su madre cucufata que daba preferencia a sus hermanos y hermanastros. A pesar que siempre decía que ella era independiente y una mujer con poder de decisión, siempre la decisión recaía sobre su ex esposo, hasta lo más mínimo como bajar una aplicación para su teléfono. Silvia tenía un síndrome de inferioridad enmascarada en actos “correctos” o ...
    ... cuando se volvió madre, en hacer lo “mejor para sus hijos”. Sentirse inferior la llevo a depender a las órdenes directas o indirectas de otras personas.
    
    Silvia se enamoraba de gente mayor que ella, buscando la figura paterna que no tuvo, pero a pesar que ella siempre quiso ser un “puta en la cama” sus novios o ex esposo, nunca la presionaron tanto a disfrutar su sexualidad por temor a perderla. En nuestros últimos encuentros Silvia sintió que estaba perdiendo el control de sus emociones y de sus represiones que su iglesia, familia y amigos oponían hacia su persona, pero sin saber que ella quería satisfacerme al máximo. Temía a verdaderamente saber lo que le gustaba, por esa razón se le hacía más fácil seguir ordenes, pero las ordenes que recibían no era lo que ella deseaba. Silvia quería satisfacer a un hombre, pero ninguno iba más allá del sexo regular. En nuestro reencuentro Silvia comenzó a exhibir un patrón de comportamiento sumiso, que es lo que buscaba, pero ahora tenía dudas, no de ir en esa trayectoria, pero en ponerle los cuernos a su ahora deteriorado esposo.
    
    En la conversación telefónica escuche sus dudas repitiendo varias veces la palabra “NO SE” en la mayoría de sus oraciones.
    
    - “Que buscas Silvia?”. – Le pregunte serenamente, como si le hablara un amigo.
    
    - “No se… me gusta estar contigo y todo lo nuevo que hacemos”. - Dijo Silvia con sabor a nostalgia.
    
    - “No hay necesidad de parar, si tu esposo no te da lo que quieres…”. –Replique con frialdad.
    
    - ...
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