LA PENDEJA FACIL
Fecha: 22/03/2023,
Categorías:
Confesiones
Autor: niebla, Fuente: RelatosEróticos
Todo tiene un inicio, luego de mucho meditar, y miraditas distraídas, y algún tema de conversación sin sentido,
y más de un roce sin querer, me di cuenta de lo obvio.
Fernanda no era como todas las nenas. Pero, yo no me daba cuenta. Roces de manos, o caricias por debajo de la mesa,
miradas en las fiestas de cumpleaños,
o ella ponía sus rodillas, o piernas sobre las mías, o
sentaba su trasero sobre mi muslo, tocaba mi rostro, mil veces, pasaba su lengua por mis pómulos,
y apoyaba su torso sobre mi cuerpo, y se hacia la dormida. Para que yo la lleve a dormir a su cama.
No sé si tenía alguna experiencia antes mi sobrina, o en la charla con sus amiguitas más grande, charlan sobre sexo, y que hacer, porque es tremenda.
pero creo que su obsesión conmigo lo traía desde los cinco años, pero claro, yo decía, ella no tiene papa, y usa una imagen masculina,
pero buscaba, y se paraba enfrente mío, con su calza, que se le metía bien adentro, ya con 12 años, y me miraba fijo enfrente mío bailaba para mí, y se subía la calza. Y a la vez mostraba mucha ternura que me tenía temblando, y me venía calentando. lentamente sentí su mano tocando mis dedos, la miro, y se levantó rápidamente,
y se fue al baño, yo me relaje, y deje mi mano sobre el sofá, ella paso, me miro y se fue hacia la cocina, y
luego, paso, como quien va a la habitación,
y se frenó, ya no traía pulóver, tenía una musculosa, más grande que ella suelta, de tiras delgadas,
y se abalanzó ...
... sobre mí, si algo torpe y paso, como si mi cuerpo estuviera untado en manteca, y sus manos, pasaron por mis muslos, mi brazo derecho, le sujete la cintura, un tanto gruesa, mi brazo izquierdo empezó en su hombro, y bajo
en cámara lenta, por su seno, pero metiéndose por su musculosa, desde el cuello , una de sus manos quedo contra mi bulto, agitada, respirando fuerte, miro, adentro de su musculosa y volvió a subir su mirada, sonriente, como endemoniada, mi brazo lo empecé a retirar, haciéndole una mueca de disculpas, rozándole suavemente su pequeño pezón, pero mi mano derecha, que sujetaba su cintura, se deslizo, y la tome de su nalga, metiéndole toda la palma, sobre su cachete, hermoso y carnoso, se mordía los labios para no gemir, cuidando que nadie se diera cuenta, entonces sentí mi vega dura y vi como la chiquilla lejos de asustarse, se incorporó, acerco su cara contra la mía, apoyo su nariz contra la mía
y me dio un pequeño beso en los labios, y se fue, hacia la cocina de nuevo.
En la penumbra de las horas, pasaron unos minutos,
yo relajado,
deje mis brazos a los lados, y estire mis piernas,
escuche voces, y eran
mi mujer Lorena, y su madre,
y la mamá de Fernanda,
que se abrigaban para ir a comprar.
SE VAN LAS CUATRO, MINUTOS MAS TARDE, Lorena, regresa, amor, te puedo dejar a Fernanda, además me voy a cambiar, esta chiquita me derramos su jugo, encima,
la nena me miraba cruzada de brazos con una sonrisa socarrona. Mientras Lorena se cambiaba, ...