1. Tomás, tú sí que me la sabes meter


    Fecha: 21/03/2023, Categorías: Confesiones Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrazándole y rodeándole con mis brazos y pierna y poco a poco me fue dando lo que más deseaba y su pene atravesando mi umbral.
    
    Fue un momento delicioso cuando por fin la sentí dentro de mí, mis manos dibujaban su espalda a la vez que entraba y salía de mi cuerpo, nuestros gemidos eran la banda sonora de una noche perfecta, me penetraba con cariño, despacio, disfrutando de cada centímetro de mi vagina y yo de su pene, un pene tan duro y suave que hacia música cada vez que me llenaba, a veces tan profundo que mis uñas se clavaban en sus hombros.
    
    Poco a poco Tomás iba aumentando sus movimientos, mi vagina empezaba a empapar cada vez más su pene, envolviéndolo en mis flujos vaginales, cada vez más placer y con golpes precisos de su pene dejándola muy profundamente metida dentro de mí me empecé a correr, la música de mis gemidos cada vez más altos al igual que los suyos, cuando estallo como un volcán en un orgasmo pintando mi vagina con su semen, y yo arqueaba mi espalda y mis piernas temblaban, la había metido tan profunda, la sentía tan dentro de mí que casi sin moverse un orgasmo delicioso hacia que nuestros fluidos empezaron a unirse, a bailar juntos.
    
    Tomas me había hecho el amor de una manera deliciosa, disfrutando los dos de nuestros cuerpos, la tarde empezó escondiéndonos el uno del otro y la noche iba a acabar buscándonos hasta en lo más interno y allí acostados en cama, desnudos, mientras su semen salía de mí y parte navegaba en mi interior, apoyada en su ...
    ... pecho, besándoselo y jugueteando con él, Tomás me pregunto.
    
    -Y ahora que Lara, te vas a seguir escondiendo de mí. –Yo no le contesté, de momento me dedicaba a escuchar su voz.
    
    -Lara, no es que no me cayeras bien, es que me gustabas demasiado, eres una chica bonita, inteligente, pero eras la novia de Cesar y me gustabas, me gustabas realmente, por eso te pregunto ahora, podremos ser amigos.
    
    Tenía razón, no sé por qué a mí me pasaba lo mismo, quizás era autodefensa por algo que quería y no podía ser, sentía algo raro en mi interior, pero de lo que estaba segura es que no era aversión por él, todo lo contrario, me gustaba estar con él, su mirada me traspasaba y el roce de sus manos me derretían.
    
    No conteste su pregunta, simplemente me levante y me senté a horcajadas sobre él, le bese en los labios recorriéndolos de un lado a otro, levante mis nalgas y cogiendo su pene otra vez en forma, dispuesto para una nueva batalla, lo guíe hacia mi vagina y deje que poco a poco se fuera metiéndose dentro de ella sentándome sobre él.
    
    Lo deje allí metido, calentando mi vagina, humedeciéndola más, me eche sobre su cuerpo besándole, traspasando su boca con mi lengua y después de un rato, me empecé a mover arriba y abajo, mientras que le decía entre jadeos.
    
    -Te parece bien mi respuesta. -Le dije con mis manos sobre sus pectorales y mis caderas moviéndose hacia delante y hacia detrás.
    
    -No solo no quiero esconderme de ti, sino que quiero que me busques y que me hagas el amor como ...