1. Toqué el cielo con las manos


    Fecha: 15/03/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Mario Emanuelle, Fuente: CuentoRelatos

    ... había lugares en los cuales había que darle una propina al pistero para que no hiciera problemas por ser "más de dos". Esa noche se cumplió con todo el protocolo previo de un trío. Alguna copa, bombones, jacuzzi, caricias, besos, oral, pero... el hombre no pudo...
    
    "No le habré gustado", “¿hice algo mal?”, "no es fácil esto", fueron los primeros comentarios de Teresa en el camino de regreso. Mario la convenció que había estado todo bien, que la falla era más normal de lo que podía pensarse, sobremanera las primeras veces, pero que lo positivo había sido romper el hielo. "Estabas a gusto, no te costó nada abrirte y jugar, vas a ver qué vas a disfrutar mucho de aquí en más", le dijo, acariciándole un muslo en el coche.
    
    Ya la vida sexual del matrimonio cambió. "A ver, chupámela como a Enrique, te prendiste lindo ¿eh?", "le devoraste la pija putita" y la reacción en la cama era inmediata por parte de ambos.
    
    Con Luis quedaron en encontrarse en un boliche de la Costa de Oro. Era un ejecutivo de una gran empresa local que hacía poco tiempo se había separado. Muy buen físico, unos 45 años, muy simpático y se notaba, con experiencia. Charlaron los tres muy animadamente en un rincón de la planta alta y en algunos momentos, él se acercaba bastante y ella se sentía cómoda a la vista. La charla fue creando el clima y los elogios medidos y oportunamente susurrados casi, fueron haciendo efecto en Teresa con la absoluta complicidad de Mario que premeditadamente, fue haciéndose ...
    ... poco menos que invisible. El chalet de Luis estaba a pocas cuadras, llegaron en los dos vehículos y se ubicaron en un living donde predominaba la madera y el fuego del hogar aún tiraba bien, y mucho mejor cuando el dueño de casa agregó algunos leños.
    
    El clima ya estaba creado por lo que Luis no perdió tiempo y comenzó a besar a la rubia y a meterle mano. Casi enseguida Teresa quedó sin el suéter, con la blusa abierta y sus dos melones afuera de las copas del sostén. A Luis no le daban las manos para ocuparse de las divinas tetas, succionar los pezones rosados, acariciarlos y a la vez, meter una mano debajo de la falda para comenzar a masturbar a la hembra que con los ojos cerrados, besaba y gemía.
    
    El dueño de casa con mucha habilidad, sin dejar de atender a la dama, sacó la verga de entre sus ropas y tomándole una mano a Teresa la llevó a su encuentro. Era un pedazo importante, no descomunal pero grueso y cabezón lo que hizo al sentir en su mano su volumen, Teresa se apartase un instante para mirarla y allí el apenas hizo presión en sus hombros para que ella se sentara en la mesa ratona y comenzara a mamar casi con desesperación un buen rato.
    
    Demostrando un gran control, Luis la dejó que siguiera lamiendo y chupando, hasta que de pronto, le dijo, "¡te quiero coger!, vamos a la cama". El dormitorio era arriba, subieron por una amplia escalera de madera y Mario, con un vaso de whisky en la mano los siguió, llegó tras ellos y se sentó en un sillón frente a la pareja que ...