1. El crucero (05): De excursión por el desierto


    Fecha: 25/02/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos

    ... acostumbraste a su olor y a su sabor
    
    Nadie os lo dice, pero apenas si son las nueve de la mañana, y ya lleváis un castigo que no os deja ni teneros en pie. Una vez consideran que ya habéis comido bastante, os ponen en pie, en la playa, la arena quema vuestros pies, aguantas como puedes, mientras ves como traen unos cubos y con unas brochas van mojando todo vuestro cuerpo, la brocha empapa tu espalda, tus tetas, tu culo, tu sexo y tus patas, incluso embadurnan tu cara. Ya estáis todas bien empapadas de este líquido, que no es otra cosa que un potente protector solar, luego engarzan una larga cadena de hierro a vuestros collares, y desde un carro con dos caballos, un par de los organizadores empiezan a dirigirse hacia el desierto, vosotras les seguís sumisas, el sudor vuelve a empapar tu piel, te duele el cuello con los constantes tirones de la cadena de acero. Algunos, disfrazados de antiguos legionarios montados en sus caballos, se pasean junto a vosotras, azotan a las que apenas pueden seguir el ritmo, toquetean a las que más les apetecen y ríen divertidos al veros sollozar, sudar, temblar, sois solo carne, eso sí, una carne hermosa y apetecible de la que piensan disfrutar al máximo.
    
    Estás subiendo una duna, cuando una de las chicas cae, tres o cuatro también ruedan junto a ella, pero al final, entre todas conseguís levantarlas y continuar vuestra marcha. Llevas más de una hora andando, tienes la boca reseca, los labios cuarteados, tus pies hinchados por la arena ...
    ... caliente y todo tu cuerpo rebozado en sudor y arena. El ritmo cada vez se ralentiza mas, vuestros pies se arrastran más que andar, y ni el látigo consigue acelerar vuestra marcha, y tras cada duna, solo hay otra, y otra más, y un sol implacable quemando vuestra piel, llenando de sudor vuestros azotes.
    
    Por fin, tras la enésima subida, veis al fondo unas casas, el júbilo de los legionarios os hacen comprender que aquel es vuestro destino, el látigo vuelve a azotaros, os gritan e insultan, mientras vosotras sacando fuerza de donde no hay aceleráis nuevamente el paso, animadas por llegar a algún sitio, donde sea, cualquier cosa será mejor que ser parte de una recua de esclavas perdidas en medio del desierto. Llegáis a las primeras casas, allí os hacen parar, todas caéis al suelo, agotadas, exhaustas y vencidas, dóciles y sumisas, dejáis que os quiten la cadena que unía vuestros collares.
    
    Al terminar, los legionarios y el resto de miembros de la comitiva, van eligiendo hembra, es su derecho a pernada, a cobrarse en vuestra piel los honorarios de su trabajo. De una patada te da la vuelta, un nubio de casi dos metros de altura, se tumba encima tuyo, agarra tus nalgas, y al instante una verga gruesa y dura te penetra hasta el fondo, aprietas los puños, mientras no dejas de llorar, notas sus dientes mordiendo tus pechos, llena tu boca con su lengua, mientras sus manos amasan y ordeñan tus tetas, tu coño cada vez está más irritado y escocido por el roce brutal y salvaje de aquella ...