1. Juegos de castigo y placer


    Fecha: 12/02/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... frotándose.
    
    “Siéntate ante mi”
    
    Núria acató lo que se le había pedido y se sentó en la posición que sabía se esperaba de ella: Sentada sobre sus rodillas y con la espalda completamente erguida.
    
    “Sabes que no me gusta que disfrutes sin mi. Tu placer siempre debe deberse a mi y sólo cuándo y cómo yo quiera.” Empezó a pasarse el vibrador por su rajita dejando que se mojara un poco de los flujos que ya goteaban de su vagina. “Quiero que lo limpies zorra. Y, tómate tu tiempo, no quiero que desperdicies ni una gota de tu corrida y de mi flujo”.
    
    Marta le acercó el vibrador a su novia y observó como esta empezaba a pasar la lengua por la punta del juguete, cerrando los ojos y saboreando cada resto, limpiándolo en círculos para, acto seguido, lamerlo de arriba abajo y metérselo entero en su boca golosa.
    
    Su ama la observaba atentamente, así que, Núria abrió más su boca e intentó tragarse todo el vibrador. Con la mano que tenía libre, empezó a acariciarse el pecho izquierda, estirando y pinzando su pezón para ponerlo lo más duro posible. Tenía los ojos cerrados, así que, no vio venir el azote que Marta le propició en la mano y el pecho.
    
    “¡No puedes tocarte ...
    ... sin que yo te lo permita puta!” las dos sintieron su coño mojarse más. “Levanta y ponte en la mesa. Ya sabes como.”
    
    Núria obedeció y se tumbó boca arriba en la mesa del comedor. Se sentía un poco exhibicionista, ya que, se encontraba delante de los ventanales de la sala. Cualquiera con un poco de morbo y vista podría ver como gozaba del roce de Marta.
    
    “Voy a azotarte las tetas hasta que se pongan rojas y tus pezones tan duros que pidan a gritos que los chupe” y empezó a administrarle el castigo. Los azotes no revestían de dureza (a ninguna de las dos les interesaba el dolor) pero sí del placer necesario para que ambas empezaran a sentir como se preparaba su orgasmo.
    
    “¿Te gusta que te azote las tetas perrita? ¿Te gusta ver como se mueven y se ponen rojas?”
    
    “¡Sí, mi ama!”
    
    “Eres mi puta zorrita y sólo yo puedo comerme, lamer y pegas estas tetitas” gritó Marta.
    
    “Son suyas mi Ama. Mis tetitas son suyas”
    
    Marta empezó a rebajar el nivel y la frecuencia de los azotes. Sus manos empezaron a masajear los pechos de su novia y lamió sus pezones un buen rato para darle el gustazo a Núria.
    
    “Sabes que pasa ahora… ¿No, puta?” susurró Marta al oído de Núria. 
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