1. Madre no hay más que una (Parte 2)


    Fecha: 05/02/2023, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... estrellas, espectacular en Costa Adeje.
    
    Nada más dejar las maletas mi madre decidió sacar un bikini rojo, precioso, que no me había fijado que metiera en la maleta cuando salimos de casa.
    
    Yo puse el mismo bañador de los días anteriores. Me puse tan nervioso al ver a mi madre con ese bikini que no acerté a coger otro bañador.
    
    Nos fuimos directos a la playa privada que tenía el hotel. Nos metimos en el agua y al mojarse el sujetador del bikini de mi madre sus pezones se marcaron.
    
    Se me quedó mirando sonriendo. Entonces metió la mano bajo el agua y me agarró el paquete.
    
    -Esta tarde tendrás tu recompensa mi niño. Te vas a follar a tu mami.
    
    Yo le devolví la sonrisa y le acaricié también su coño a través de la braga del bikini. Nos abrazamos ya que estábamos lo suficientemente dentro del agua para que nadie se diera cuenta de que éramos madre e hijo. Con el abrazo me empalmé.
    
    Comimos en el restaurante. Mi madre pidió ostras y yo las comí por primera vez. No me parecieron nada del otro mundo, pero como decían que eran afrodisiacas, me las comí todas. Yo no necesitaba ningún afrodisiaco pese a todo. Mi madre era el mejor afrodisiaco del mundo.
    
    Estábamos llenos. Habíamos comido mucho y nos subimos a la habitación a dormir la siesta. Seguro que lo haríamos después de la siesta.
    
    Cuando desperté de la siesta, mi madre estaba de pie mirando el mar completamente desnuda. Yo me senté en la cama y me quedé contemplando su culo. Ella entonces se giró y me ...
    ... sonrió. Yo me levanté, me quité el calzoncillo y me acerqué a ella completamente empalmado.
    
    Me abracé a ella desde atrás y sobé un poco su culo con mi rabo.
    
    -Vamos atrás mi niño. Desde aquí pueden vernos desde la playa.
    
    Yo obedecí y ya casi al lado de la cama comenzamos a besarnos apasionadamente.
    
    Caímos en la cama y apartamos las sabanas que cayeron al suelo.
    
    Mi madre se abrió de piernas y yo le comí el coño como me había enseñado a hacerlo. Cuando se corrió, se incorporó y sacó un condón.
    
    Se puso a horcajadas sobre mi, me la chupó un poco, aunque no hacía falta porque la tenía como un mástil, y me puso el condón.
    
    -Ahora no tienes que preocuparte de nada mi niño. Yo me encargo de todo, tú solo disfruta, ya tendrás tiempo de hacérmelo tú.
    
    Se la clavó despacio mordiéndose el labio inferior. Eso me puso más cachondo aún. Esperaba no irme enseguida y satisfacerla.
    
    Ella parecía leerme el pensamiento porque subía y bajaba despacio. Yo la miraba a los ojos, estaba preciosa.
    
    Sus tetas subían y bajaban, sus pezones estaban erectos y gotas de sudor caían por su cuello, mientras íbamos incrementado los gemidos.
    
    Después de unos minutos yo ya no podía aguantar más y así se lo hice saber.
    
    -Mamá. No creo que aguante mucho.
    
    -No te preocupes mi niño. Córrete cuando quieras. Dame tu semen.
    
    Al oír esas palabras: dame tu semen, no pude aguantar más y eyaculé. Ella sintió las contracciones de mi polla y subió y bajó un poco más rápido hasta que lo solté ...
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