1. EL MENOR


    Fecha: 19/06/2018, Categorías: Incesto Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    ... mirada clavada en él, como una ave rapaz atenta a su presa, ¿Qué miras?" le pregunte, no atino a contestar nada, porque no tenía una respuesta, quedo prácticamente petrificado pues sentía que el fantasma del pecado estaba presente en el lugar. Si no te atreves a tomar lo que deseas como lo debe hacer un hombre, es mejor que no mires nada hermanito, le dije en un tono suave. Una vez más guardo silencio, lo cierto es que, nada parecía tener sentido. Opto por darse la vuelta y retirarse. No lo podía creer mi propio hermano que por la mañana estaba deseoso de montarme, se alejaba. Me puse de pie y merodeando en la habitación por un tiempo decido ir hasta su habitación, ahí sigilosamente deslice mi mano entre las sábanas que cubrían su cuerpo, dirigiéndose directamente a su entrepierna buscando su verga, y vaya sorpresa la tenía parada. Por encima del pijama le di un apretón a su verga, acariciaba con dulzura el miembro viril ahora completamente erecto. Mi otra mano se deslizaba hacia su culo desplazando el pijama hacia abajo, para acariciarle las nalgas con mucho cariño. No aguanto más y dando vuelta a su cuerpo, me ofrecido su portentoso miembro completamente listo. Pero como si algo impidiera que siguiera, me puse de pie y salí de su habitación. Al siguiente día volví a vestir las falditas cortas de antes, resaltando maliciosamente mi belleza de mis bien proporcionadas piernas en absoluta armonía con el exquisito y gran trasero que tenía. Estaba en la sala de pie, y al fondo ...
    ... del pasillo escucho unos pasos era Juan quien se quedó parado al verme, voltee y le pregunte ¿Qué miras?" Opto por algo tan confuso que ni yo le entendí e Ignorando su respuesta, tome la iniciativa diciendo: Es hora de que dejemos de mirarnos o nos miremos de una manera diferente, ya que sabes que soy una mujer completa y decidida. Y con mi habitual picardía en los ojos, concluí: ya es hora de que te hagas hombrecito de una vez por todas. Lo tome del cinturón y le bajó los pantalones con una destreza, decisión y firmeza, no tuvo alternativa que dejarse llevar por mis manos diestras y apresuradas. Apoyo su cabeza en mi pecho e instintivamente busco con los labios mis turgentes pezones, aprovecho para poner su mano derecha sobre mi hermoso culo, al contacto empecé a respirar de una manera muy especial, acariciando tiernamente la nuca, haciéndome una leve presión con mis delgados dedos que se deslizaban entre sus cabellos. Mientras nos besábamos, con ágiles y diestros movimientos de mi mano libre, me quite lentamente el diminuto calzoncito y agarrando su tímida mano la dirigí hacia aquello que tanto deseaba con toda el alma pero que no se animaba a tocar por su estúpida timidez: lo lleve directamente hacia mi hermoso cochito que al primer contacto de sus dedos di una especie de brinquito, cual nervioso pollito queriendo huir se entregaba entero a mis caricias. Para disfrutar más aún del espectáculo dirigió su mirada hacia mi concha. Abriendo las piernas, le ofrecí mi concha, ...
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