1. EL MENOR


    Fecha: 19/06/2018, Categorías: Incesto Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    Al día siguiente, me sorprendió cuando mi hermano menor entró a mi dormitorio. Venía serio y eso no presagiaba nada bueno. Sé todo lo que sucedió ayer, me dijo sin preámbulo, mirándome fijamente. No comprendí de inmediato a lo que se refería, pero no atine a otra cosa que no fuera hacer como que no comprendía sus palabras. ¿A qué te refieres, Juan? A lo que pasó con Jesús, quede muda. No tenía nada que decir, ninguna excusa. Sólo miraba a mi hermano con los ojos abiertos. ¿Tienes algo que decir? No tuve ninguna respuesta. Nada podía decir. ¿Te das cuenta de lo que hiciste? seguía sin decir palabra. Me limite a mirarlo, cogiste con nuestro hermano, ¿Tan caliente estabas?" Levante la vista y mire a mi hermano directamente a los ojos, mientras las lágrimas fluían a borbotones y caían por mis mejillas. No tenía otro recurso a emplear que el más usado por las mujeres para ablandar a los hombres: las lágrimas. Y las mías eran copiosas, mientras le pedía perdón a mi hermano y lo abrazaba, refugiándome en su pecho donde escondí mi rostro húmedo por el llanto que seguía incontenible. Juan Carlos me abrazó con calidez, acercándome aún más a él, mientras acariciaba mi cabeza y me pedía que me calmara. El enojo se había cambiado por palabras de consuelo ante el llanto. Después de unos momentos en que ambos estábamos abrazados sin decir palabra, mi hermano me tomó y me sentó en sus rodillas, como si fuera la niña de unos años antes. Una vez sentada, sentí que una de las manos de mi ...
    ... hermano volvía a acariciarme, para confortarme, pero ahora pasaba por mis hombros y cuello, suavemente. Y la otra mano me sujetaba de la cintura. ¿Era tu primera vez? Mis lágrimas habían cesado y el llanto ahora callado. Pero mi silencio persistía. Juan Carlos no parecía molesto ahora, más bien interesado en lo que respondería, mientras sus caricias en mi cuello se iban extendiendo a mi pecho y la otra mano se posaba en mi rodilla. Contéstame. ¿Habías cogido antes?, en ese momento me percate que mi falda estaba subida y mostraba gran parte de mis muslos, pero no había manera de hacer nada al respecto pues la mano de mi hermano sobre la rodilla apretaba ligeramente pero sin pausa, impidiéndome cualquier movimiento. Y si intentaba bajar la falda podría causarle más molestia, por lo que opte por no hacer nada al respecto. No, Juan, mi respuesta pareció crear una ligazón de confianza entre ambos, pues mi hermano me acomodó la falda de manera que quede sentada encima de su entrepierna, pero de espaldas a él. Su gesto parecía buscar acomodarme para conversar más tranquilamente, pero al hacerlo mi falda se había corrido y ahora la pantaleta era lo único que me separaba de la falda de él, por lo que el contacto de mis nalgas con la entrepierna de él era directo. ¿Por qué lo hiciste? Ahora mi hermano me apretó hacia él, mientras una de sus manos me tomaba por la cintura y la otra se ponía en mi rodilla, aunque ahora ligeramente más encima. No sé. Acomode mi cuerpo sobre el de él y en ese ...
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