1. Aquella cabaña en el campo


    Fecha: 22/01/2023, Categorías: Masturbación Autor: Amy, Fuente: CuentoRelatos

    ... saca de la boca la polla, se pone de pie, y se pone de espaldas. Agarrada al fregadero, José comienza a restregársela por sus nalgas, como haciendo camino hasta que se la mete enterita.
    
    Yo no puedo más, cada vez me toco más fuerte, comienzo a meterme dos dedos y noto como por el interior de los muslos me caen juguitos, con la otra mano, los recojo pasándola, y me acaricio el pecho, los pezones los tengo duros, y sin dejar de meterme los dos dedos, me lamo lo de la otra mano, con sabor a mí, con mis jugos. Tengo que decir, que a esas alturas estaba de lo más cachonda, no podía parar, me masturbaba al ritmo con el que José se estaba follando a Esther.
    
    En esto, cambiaron de postura, Esther se pone en el suele a 4 patas, José la agarra de las caderas y comienza a penetrarla, en la postura que están, justo de espaldas a mí, puedo ver como entra y sale la polla de dentro del coño de Esther, veo como golpean los huevos de José en cada embestida.
    
    Me acaricio, no puedo más, el tanga cae al suelo, lo tengo por los tobillos, y comienzo a pasar un dedito de arriba abajo, despacio, notando su humedad, poco a poco, me meto completamente el dedo.
    
    El sigue follándosela, no para, es una máquina, cuando de repente, ella se gira y se ...
    ... la mete en la boca, entera, José se corre es su garganta, la leche le casi por la comisura de los labios por la garganta hasta las tetas, que mientras lamía se las estaba sobando, tirando de los pezones.
    
    Yo aceleré más, me daba con fuerza, metiendo dos dedos, a veces tres, mientras al mismo tiempo, con la otra mano me acariciaba el clítoris. Me volvía loca por momentos.
    
    Hasta que vi como José se corrió, soltando varios chorros de leche seguidos, luego Esther, de nuevo de rodillas delante de él, le lamió la polla hasta no dejar gota.
    
    Y fue mientras que ella se la chupaba cuando yo me corrí, tuve que hacer esfuerzos por no hacer ruido, pero vaya si me corrí, con dos deditos dentro y el tanga por los tobillos.
    
    Luego, el finde transcurrió de lo más normal, no hubo más, las consiguientes excursiones y visitas. Pero ahora que ha pasado tiempo, me he preguntado mil veces ¿Qué hubiera pasado si hubiera entrado en la cocina sin darme cuenta y les hubiera pillado?, ¿o que ellos me hubieran pillado ahí, masturbándome mientras les veía follar?, ¿cómo hubiera acabado?
    
    No sé, el caso que de esto ha pasado tiempo y todavía tengo fantasías con aquella situación y reconozco que alguna vez, he vuelto a masturbarme al recordarlo. 
«12»