1. Aquella cabaña en el campo


    Fecha: 22/01/2023, Categorías: Masturbación Autor: Amy, Fuente: CuentoRelatos

    Nos habíamos ido a pasar unos días a una casita rural una pareja de amigos. Mario, mi chico, había encontrado un sitio maravilloso perdido del mundo e ideal para desconectar y cargar pilas, y un día, hablando con otra pareja de amigos, decidimos hacer una escapadita juntos.
    
    La casita era un antiguo granero, el sitio estaba decorado de lujo, todo con temas muy camperos y bien aprovechado. La casa constaba de dos pisos, la parte de arriba con dos habitaciones muy amplias y ambas con una terraza con vistas a la sierra, cada una con un baño completo. Abajo un amplio salón, que con la cocina americana lo hacía más grande, otro cuarto de baño, y en la parte trasera, un jardín pequeñito, con bastantes flores y una zona tipo chillout, con dos camas balinesas, dos amplios sofás de exterior, y un sofá columpio, aparte de una mesa de madera.
    
    Llegamos de noche, tarde, fuimos a la salida del trabajo y tardamos casi 4 horas en llegar, pero por ya estábamos, queríamos cenar, descansar un poco y ya al día siguiente hacer cosillas algunas actividades, algo de senderismo por la zona, comer en un pueblo cercano y un poco de turismo por la zona. Y así fue, al poco de cenar y agotados por el viaje, nos acostamos y todo bien, normal. Nos dormimos enseguida tanto Mario, mi chico como yo, pero a eso de las 3 de la madrugada, me desperté con mucha sed, así que muy despacio, bajé las escaleras sin hacer ruido y al llegar casi a la cocina oí un ligero ruido, así que puse más cuidado en que no se ...
    ... me escuchase.
    
    Me asome por el resquicio de la puerta, y me quede sorprendida, Esther y José estaban besándose, pero no solo eso, es que él comenzaba a pasar las manos por sus pechos, por encima del camisón, acariciando las tetas con gran pasión haciendo presión en los pezones.
    
    Me quedé que no sabía qué hacer, si seguir mirando el espectáculo que Esther y José habían montado delante de mí o volver a la habitación. La situación me excitaba muchísimo, nunca me había pasado esto de pillar a alguien metiéndose mano y que no se percataran de mi presencia, y la verdad, me estaba gustando. José metía la mano por dentro del camisón, acariciando los dos pechos de Esther, veía como la mano jugaba con sus pezones, estirándolos y poniéndoselos duritos.
    
    Él solo llevaba un bóxer, Esther le acariciaba por fuera, recorría con la mano por encima del bóxer, de punta a punta hasta que veo como mete la mano y se la saca. Yo no puedo más, la escena me está poniendo nerviosísima, le paso la mano por encima de mis braguitas, acariciando, mientras veo como Esther saca del todo la polla y de rodillas, comienza a chupársela.
    
    -Uff, madre, si me estoy poniendo cachonda…. Pensé para mis adentros mientras ya me había metido una mano por dentro de las braguitas.
    
    Esther cada vez se metía esa gran polla más dentro, se la estaba tragando enterita, mi mano, ya habían encontrado mi sexo, me notaba empapadísima acariciándome el clítoris. El dedo me entraba con suma facilidad.
    
    En esto, Esther se ...
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