1. Sometida por el bully de mi hijo (1)


    Fecha: 18/01/2023, Categorías: No Consentido Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... pareja. Era su puta.
    
    Me entregaba un sobre cerrado con dinero extra cada fin de mes. Y me compraba ropa. Aunque principalmente era lencería erótica, minifaldas y calzas superajustadas. Eran regalos para el más que para mí, ya que era don Miguel quien disfrutaba de vérmelas puestas, y luego se deleitaba quitándomelas, a veces hasta hacer hilachas la prenda.
    
    Una vez, cansada de los abusos del viejo, que pensaba que por darme algo de dinero, era dueño de mi cuerpo, tomé una decisión drástica: si iba a ser una puta, sería yo misma quien pusiera el precio, y elegiría minuciosamente a mis clientes, descartando sin dudar a los viejos de pijas blandas como mi jefe.
    
    Puse un aviso en una página de escorts, subí algunas fotos mías sin mostrar mi cara. Me inventé un nombre de puta: Vanesa (las Vanesas siempre me parecieron muy putas). Tenía treinta años, muy grande comparada con la mayoría de la competencia, así que mentí mi edad y me bajé cinco años. Nadie se daría cuenta de la diferencia. Para algo cuidaba mi piel como si fuese un tesoro.
    
    Así fue que redacté mi primer anuncio: Vanesa, veinticinco años, sólo en hoteles, zona de microcentro, decía mi ficha técnica en aquella página. Además coloqué un número de teléfono diferente al que usaba habitualmente. Había elegido un lugar bastante alejado del barrio donde criaba a mi hijo, para evitar cruzarme con algún conocido.
    
    Más abajo de mis datos estaban mis fotos semidesnuda, en poses sugerentes. Me daba pena tener que ...
    ... ocultar mi rostro, porque mi cara y mis ojos azules atraerían mucho más clientes. Pero no podía arriesgarme. Aun así no pasaron ni dos horas y ya tenía varios mensajes de potenciales clientes.
    
    En mi primer encuentro estaba muy nerviosa, pero todo salió bien. A mi cliente le había dado mucha ternura mi evidente falta de experiencia en ese trabajo. Al día siguiente me encontré con dos tipos más. Fue entonces cuando decidí faltar sin previo aviso a mi trabajo formal. Don Miguel me llamó por teléfono, exigiendo respuestas. Ahí aproveché para desquitarme. Lo mandé a la mierda y le juré que nunca volvería a tocarme un pelo. Y para rematarla, me burlé de su precocidad.
    
    No trabajé mucho como escort, porque en realidad no era lo mío. Si bien al prostituirme, de alguna manera, era yo la que pasaba a usar a los hombres, no dejaba de sentirme como un objeto, como un producto para el consumo de los demás.
    
    A los seis meses dejé de publicar mi teléfono en las páginas de prostitución VIP. Había conseguido un trabajo como administrativa, donde mi jefe era un homosexual de armario que jamás se me insinuaría. Conservé los números telefónicos de mis clientes preferidos: Aquellos que o bien no eran muy exigentes a la hora de coger, o eran bastante apuestos y caballerosos, o mis preferidos, aquellos que tenían una buena pija y sabían cómo usarla. Los demás, los viejos verdes y egoístas no supieron más de mi.
    
    De todas formas, esos clientes privilegiados, a los que todavía les guardaba un ...
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