1. Ahora soy yo la que quiere atar a una mujer (1º parte)


    Fecha: 18/06/2018, Categorías: Incesto Autor: MissBondage, Fuente: CuentoRelatos

    ... encaje con tanga, sujetador, liguero y medias y más o menos eran de su talla, uno negro y otro blanco, así que esperemos que le valgan porque le obligaríamos a que se los pusiera para hacerla todos los vídeos y fotos que quisiéramos.
    
    Al día siguiente estaba súper entusiasmada. Esperamos un buen rato cuando por fin llamaron al telefonillo y ya teníamos todo preparado para dejarla a nuestra merced. Llamaron al timbre y por fin ahí estaba nuestra nueva esclava, una joven que era preciosa, se la veía muy infantil y eso me ponía mucho más. En lo primero que me fijé es que tenía los brazos muy delgaditos y eso era perfecto para poder atarla mucho mejor…
    
    - ¡Hola! ¿Sois los que habéis pedido la niñera? -nos preguntó
    
    - Sí claro, pasa por favor -la dije
    
    Y según cerramos la puerta mi marido la cogió del cuello por la espalda, tapándola la boca con la mano para que no pudiera gritar y la empezó a ahogar hasta que la dejó inconsciente…
    
    La llevamos al salón donde ya teníamos todo preparado y debíamos darnos prisa antes de que se despertara. La desnudamos, tenía un cuerpo precioso, unas tetas bastante grandes y un abdomen muy liso como me a mí me gustan las mujeres. La empezamos a poner uno de los conjuntos, para más detalle, el negro, que la compramos al día anterior y dimos en el clavo con la talla porque la quedaba perfecto. Por fin era el momento de dejarla bien atada y bien amordazada y poner en práctica todo lo que había practicado y aprendido las semanas que me he ...
    ... preparado para este momento.
    
    La primera vez que la ataría sería con las cuerdas marrones claritas. Empecé poniéndola una cuerda en las muñecas dándola bien de vueltas y dejándola bien apretada, seguido la puse otra en los antebrazos igual de apretada que la de las muñecas y la puse otra en los codos y se los junté todo lo que pude, estaban tan juntos que incluso me costaba pasar la cuerda entre ellos para poder apretárselos… qué morbo me estaba dando todo aquello, notaba el coñito a mil grados y aquello nada más acababa de empezar.
    
    Seguí atándola los tobillos con otra cuerda, otra cuerda por debajo de las rodillas, otra por encima de las rodillas y otra en los muslos y las cuatro bien apretadas.
    
    De repente se empezó a despertar y antes de que pudiera gritar mi marido la tapó rápidamente la boca con la mano, apretándola todo lo pudo, no me puedo olvidar de la cara de miedo que puso, cuando se despertó y se vio súper atada…. mmmmm, qué morbazo.
    
    Corriendo fui a mi mesilla de noche y cogí las dos bragas más grandes que tenía, volví al salón y antes de nada la dije:
    
    - Tú veras si te portas bien o mal y quieres salir de aquí con vida, yo que tú, no gritaría… yo creo que si nos haces caso a todo lo que te pidamos, te lo pasarás bien, avisada estás
    
    Ella asintió con la cabeza y la dije:
    
    - Ahora vas a abrir la boca todo lo que puedas sin rechistar lo más mínimo
    
    En cuanto mi marido la quitó la mano de la boca, la muy hija de puta pegó un grito que me reventó los ...