1. De cómo isabel vino a mi vida


    Fecha: 12/12/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la relación con la definitiva doctora Burgos Baena, según me pareció, “mejor” no pudo empezar. Y a fe que las apariencias abundaban en tal dirección, pues había que ver la cara de la doctora cada vez que asistía a su consulta, más tiesa que un ajo y más seria que juez en su tribunal; vamos, que estaba seguro de que me había tomado una ojeriza de las de alivio. Después, a partir de entones, lo cierto es que la relación, si no mejoró sustancialmente, pues ella seguía con ese aspecto serio, pero sin adustez alguna, con lo que, finalmente, aunque sin amiguismos que valieran, que ella mantenía la distancia médico-paciente cosa fina, la relación entre ambos fue discurriendo por senderos enteramente normales. Debo, además, admitir, que la atención médica, el interés que ella ponía en su profesionalidad con las afecciones que padecía, en especial la diabetes, porque las afecciones derivadas de mi afición al tabaco, la verdad, que medidas preventivas no tenían, salvo que yo, espontáneamente, decidiera dejar de fumar, cosa que, por entonces, vamos, ni “harto e vino”; pero la diabetes era distinto, y tenerla controlad mediante los diarios perfiles era fundamental para mantenerla en niveles aceptables, luego la doctora Burgos me puso un más que rígido calendario de control de los perfiles, haciendo que acudiera a control semana sí, semana no, sin admitir excusas para saltarme tal calendario, sino que imponiéndomelo a raja tabla, si quería evitar unos rapapolvos nada normales, que ...
    ... menuda era ella puesta en plan borde de verdad, a modo y manera
    
    Y así fue transcurriendo el tiempo, año y pico, puede que hasta dos, cuando sucedió algo que varió esa relación mutua casi, casi, que en redondo. Por entonces, hacia 1979/80, yo estaba en desempleo y sucedía que, la última vez que debí presentarme en la oficina del INEM(1) a sellar, no lo hice, pues se me pasó, me olvidé del día, con lo que me sancionaron con un mes sin paga; pero lo grande fue que, por cuando debía de haber cobrado y me vi sin blanca, por la sanción, también me tocó ir a consulta y, por estas cosas que pasan, comenté, despotricando del ente Seguridad Social, considerando a todas sus gentes hijos no ya de siete, sino de setenta padres, como poco, a escote entre ellos(2). Isabel me escuchaba en silencio mientras escribía y escribía en unos papeles; al acabar, alzó la cabeza y alargándome uno me dijo
    
    Toma, Antonio; presenta esto en la oficina del INEM y te levantarán la sanción
    
    A mí, aquello, me cogió de sorpresa, sin en absoluto esperarlo; era un certificado médico oficial, afirmando que, en las fechas que debí presentarme a sellar en la oficina del INEM estaba aquejado de bronquitis, lo que me impedía salir a la calle. Yo, más abrumado que admirado por aquello, intenté negarme a tomarlo
    
    Por Dios Isabel, (¡era la primera vez que me dirigía a ella por su nombre de pila!) no se moleste usted por mí…Si, total, no tiene tanta importancia, un mes más o menos… Y de una paguica que, aún ...
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