Ama Sandra (Cap. 11) - Relatos Eróticos

Ama Sandra (Cap. 11)

... esclavas escolares de su Majestad la Emperatriz le servían con toda humildad y precisión para evitarle alguna incomodidad a su Reina, además evitar recibir un castigo que ya de antemano sabían que sería severo se esmeraban por no cometer el más mínimo error o ya sabrían a qué atenerse. Ya el imperio de la Emperatriz era el más poderoso en el cual ninguno de sus lame botas se atrevía siquiera a respirar más fuerte que su propia Majestad, por un lado en la escuela no tenía que preocuparse casi ni de tomar apuntes, ya que si se aburría se ponía a barnizarse las uñas con el conocimiento que de todas formas sus esclavas tomarían los apuntes por ella y después transcribírselos.

En el negocio lambi por las mañanas se encargaba del aseo general siempre vistiendo su humillante uniforme mostrando la mitad de sus nalgas para así tener excitados a sus ahora ex empleados y así tenerlos cachondos y con las pollas listas para ser atendidas al momento de llegar su compañera esclava la coordinadora escolar y así ponerse a recaudar la cuota diaria que debía entregar a su Alteza sin faltarle un solo peso o sabía que le esperaba al llegar a sus pies al Reino por la noche.

Mientras tanto el sequito domestico cumplía con esmero cada una de sus obligaciones para que al momento de llegar la Emperatriz estuviera todo ...

... brillando y en orden, sin olores desagradables a la nariz de su Dueña, además sabían que cinco minutos antes de abrirse la puerta debían estar postrados todos los esclavos y poder así hacer los honores a su Alteza al momento de entrar teniendo que besarle los pies y adorarle como cada día.

Todo el sequito ya fueran los perros anteriores o los de nuevo ingreso sabían que jamás debían ni como descuido alzar la vista más arriba de los tobillos al mirar a su Alteza y su tono de voz debía ser poco audible, de otra manera sería considerado como una falta grave de respeto hacia su excelentísima y única Dueña de su existencia presente y futura.

Todo su imperio debía estar sincronizado como si fuera un reloj suizo, desde la hora en que sus esclavas empezaban sus tareas a las 5 am para tener listo su desayuno, sus choferes en punto estar esperando a su Majestad, así como en el negocio todos debían ser puntuales en sus horarios laborales al igual que ya sabían que debían dar su voluntaria contribución económica pagando por dejarse mamar la pija los hombres y las mujeres el chocho.

No podía haber margen de error, hasta la bebida al momento de llegar el Ama a su salón de descanso debía estarla esperando con su otra esclava lista a sobarle los pies, todo estaba como debía ser y ejecutarse en el justo momento.