La mamá de Max (V): Sexo en Navidad
Fecha: 03/12/2022,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... medio de sus ricas tetas, me apretaba fenomenal, luego me chupaba la cabeza para después tragársela de golpe hasta casi ahogarse, ese movimiento lo hizo en repetidas ocasiones, a veces la lamía y mordía, también su lengua recorría de mi glande hasta donde inicia mi ano, yo agarraba su cabeza y le quitaba el cabello para poder ver cómo me la mamaba.
M: ¡Si, que rica verga!!!
L: Cómetela nena, uhm, ¡eres magnifica!
M: ¡Me encanta tu dureza, uhm!!
L: ¡Sí, es tuya putita, uhm!!!
Marlene se estaba dando tremendo atascón con mi verga, afuera bailaban payaso de rodeo y nadie se percataba de nuestra ausencia.
Levante a Marlene y nos besamos apasionadamente, me senté en un banco le levanté una pierna y la empecé a penetrar, nos mordíamos y jadeábamos, mi verga entraba poco a poco…
M: ¡Que rico, uhm!
L: ¡Mami, aprietas genial!
M: Dios, ¿y si nos ven?
L: Ni hablar, ¡no tengo la culpa de que este buenísima!!
Nos movíamos juntos, mi verga entraba por completo en su rica concha, ene s apose apretaba súper rico, yo acariciaba sus ricas nalgas y también tomaba su cadera para moverla en círculos, era una combinación genial.
La cargue y subí a su mesa de desayunar, ahí levante sus piernas y se la deje ir de un solo golpe, eso el arranco un gemido con tinte a grito entre placer y dolor, mi verga era grande y le movía todo por dentro.
L. Uhm, aprietas rico nena!!
M: ¡Ah, que rico, uhm!!!
L: Eso, ¡gime bebe que nos descubrirán ah!
M: ¡Cógeme Luis, ...
... ah, uhm, uf, ah!!
Estábamos cogiendo riquísimo, ella me abrazaba con sus ricas piernas y yo le mordía su cuello, cuando escuchamos la voz de su vejo cornudo.
V: ¡Que carajos hacen! ¿No se pudieron esperar?
L: Tú no entiendes, ¡cómo puedes esperarte con ella!
M: ¡Ah!! ¡no vengas a chingar!! ¡Vete!
Me senté en la silla y ella se daba de sentones ante la mirada atónita de su marido.
V: Marlene, ¡te verán los muchachos! Y tú, ¡ahí afuera están tus amigos!
L. Ya viejo, mejor cuida la puerta, que debo cogerme a esta ricura, no la puedo dejar así!
M: ¡En serio, mejor párate ahí para que nadie entre, no quiero que me interrumpan, ah!!
Era increíble, el viejo se paró en la puerta y vigilaba que no vinieran, mientras su esposa se movía magnifico dándose tremendos sentones, yo creo que el ver cómo nos miraba nos puso más salvajes y no nos importó nada, la adrenalina subía como espuma de leche, nos besábamos, le di la vuelta y ella, me cabalga de frente, le mordía las tetas, le apretaba las nalgas, todo eso justo en frente de su cornudo esposo.
V: ¡Ya párenle, dios mío, qué vergüenza!
M: ¡Deberías tener vergüenza tú, por eso hago esto!
L: No le hagas caso nena, muévete rico, ¡que vea lo puta que eres y lo que se pierde el cabrón!
V: ¡No le digas puta!
M: ¡Soy su puta!! ¡El sí sabe coger!
El pobre viejo no hacía más que doblegarse ante nuestra actitud, la música sonaba fuerte, el viejo cuidaba la puerta y yo puse a Marlene en cuatro, ante la ...