1. Mi alumna me pidió una noche de placer


    Fecha: 29/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandoO, Fuente: CuentoRelatos

    ... mojaba mucho más, además de sus pequeños gemidos lo que me indico que se había venido dos veces…
    
    Después de un rato salí de ella y me coloqué el condón. La subí en mi y ella complaciente se insertó mi verga. Comenzó a moverse y me hizo ver las estrellas. Se movía como nadie.
    
    Volvió a alcanzar el orgasmo y decidí cambiar de postura: la puse en cuatro puntos y la penetre intempestivamente. Aproveche para mirar su culo. Si bien su cuerpo es el de una diosa (y así se lo hice saber) lo más rico, lo más delicioso son sus nalgas: un par de redondas nalgas, ni muy grandes ni muy pequeñas, con una hermosa forma circular, agradable a la vista y al tacto. Después de hacerlo por un rato de a perrito la empuje hacia abajo, sin salirme de ella. Con lo que quedó boca abajo y yo encima de ella. Me moví por un rato y cuando volví a sentir la urgencia de venirme le pedí que se moviera, conmigo encima. Al mover su cadera de atrás para adelante apretaba mi pene de una manera deliciosa en cada movimiento. No pude aguantar más y me vine: chorros de semen salieron disparados. Me quede así por unos instantes, encima de ella. Salí ...
    ... lentamente. El condón estaba lleno de semen.
    
    Platicamos un rato, acostados, acariciándonos. En cierto momento se acostó sobre mi regazo quedando su cara muy cerca de mi verga. Le pedí que me la chupara, pero no quiso, dijo que sólo lo había hecho dos veces con su ex novio y no le había gustado. Le pedí de varias maneras que lo hiciera, casi le rogué, pero sabía que, si lograba que me lo hiciera comenzaría a disfrutarlo, pues el sexo oral es una de las delicias de hacer el amor. Por fin logré que lo hiciera, un rato. Le prometí que nunca me vendría en su boca, con lo que acepto mamarme la verga. A pesar de nunca haberlo hecho es una mamadora profesional.
    
    Con la mamada me volvía a excitar. Comencé a acariciarla, a meterle un dedo, dos, tres en la panocha. Ya estaba muy lubricada y lubricó aún más. Volvimos a hacer el amor. Yo me volví a venir y ella tuvo más orgasmos. No sé cuántos pues en algún momento perdí la cuenta.
    
    Al terminar estaba yo tan extasiado que le pedí: “quédate a dormir” a lo que accedió. Pasamos la noche juntos y esa noche pude también reventarle el culo. Pero eso ya es parte de otra historia. 
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