1. Mi alumna me pidió una noche de placer


    Fecha: 29/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandoO, Fuente: CuentoRelatos

    Soy profesor de preparatoria en la Ciudad de México, tengo 47 años, pero estoy muy bien conservado: soy delgado, hago ejercicio, mido 1.83 cm por lo que la mayoría de la gente me calcula 38 o 39 años. En la preparatoria donde doy clase los estudiantes hacen un trabajo final, por lo que tienen un asesor a lo largo del semestre que los dirige en el desarrollo de su trabajo.
    
    Una joven, de 18 años, Karla me pidió que fuera su asesor en el trabajo final. Dudé en aceptar ya que Karla tenía fama de haber andado con varios profesores en la prepa, así como con varios estudiantes, cosa que después comprobaría era falsa. En fin, Karla tenía un rostro sumamente hermoso, grandes ojos y hermosas y largas pestañas, unas pocas de pecas coloreaban sus mejillas; cabello largo y negro, lacio con hermosa caída… y su cuerpo ¡era el de una diosa! Le gustaba mucho usar blusas muy pegadas, escotadas, y leggings (mallones) de diferentes colores: negros, blancos, grises, verdes… por lo que su cuerpo se marcaba perfectamente.
    
    No era necesario usar la imaginación: su busto era pequeño, firme, cada teta apuntando a lado contrario, (ello se podía adivinar por el escote de su blusa) una cintura hermosa y, lo mejor de todo eran sus nalgas: redondas, paradas, firmes. Era obvio que usaba tanga o hilo debajo de los leggings, de otra manera se notaría el calzón. Sin embargo, siendo yo su profesor, un profesional y además un caballero, en toda la extensión de la palabra, rara vez observe su cuerpo, aun ...
    ... cuando cada lunes acudía a mi oficina a asesoría. De vez en cuando echaba una mirada furtiva sus tetas, cuando sabía que ella no me descubriría, o también daba un vistazo a sus nalgas, cuando salía de mi oficina.
    
    Después de dudarlo un instante acepté ser su asesor. La primera parte del semestre transcurrió sin mayor novedad: mostró ser una estudiante responsable y comprometida, además de inteligente.
    
    Sin embargo, en la segunda parte del semestre comenzó a “tirarme la onda” es decir, a buscar intimar en algunos aspectos: “Ya me voy, antes de que se enoje su novia o su esposa” decía. Yo no respondía, sólo le pedía que revisara tal o cual bibliografía o que adelantara con tal o cual borrador de x capitulo. Así siguió todo, pero casi a final de semestre comenzó a ser más abierta en su flirteo, hasta que un día me dijo, directamente “Usted me gusta mucho profe ¿por qué no nos vemos en donde la única regla sea el goce? Sin ataduras, sin compromisos…”
    
    Titubeé un poco y puse condiciones: que terminara su trabajo, que cuando hubiera una oportunidad, que si acaso lo hacíamos debíamos ser discretos, muy discretos. Yo quería tiempo para pensar bien los pros y los contras, más que otra cosa, porque la verdad es que Karla me encantaba desde el primer momento en que la vi.
    
    Decidí que sólo se vive una vez. Así un día se presentó una oportunidad: habría un viernes feriado por lo que no habría clases y los padres de Karla saldrían fuera de la ciudad, aprovechando el día de asueto. ...
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