1. Pati (Parte 1)


    Fecha: 26/11/2022, Categorías: Sexo Oral Autor: rafacal, Fuente: CuentoRelatos

    ... les gusta todo eso. Hablan de sus novios, dicen que hacen el sexo oral y anal, repiten una y otra vez que les encanta. A mi me aterran todas esas prácticas, no las haría y además las rechazo.
    
    −No sabes de lo que te pierdes Pati, −me dicen con frecuencia.
    
    Esa noche, cuando ella salió de mi oficina, me masturbé con furia en aquella soledad… y después de limpiar y recoger un poco, me fui a casa con mi mente alborotada y llena de recuerdos eróticos… de ella.
    
    Historias como esta y varias otras, me inclinaban a pensar que no era tan mojigata como se presentaba ante mi. Pero me molestaban terriblemente, me lastimaban y quisiera gritarle que me daban enormes celos enterarme de que otros idiotas inexpertos y faltos de ternura y respeto, seguramente alicorados, se hubieran acercado a su bello cuerpo, desperdiciando su belleza y sin preocuparse siquiera por darle placer alguno, pensando sólo en ellos. Que horror!
    
    En aquella época, como Pati sólo venia martes y viernes, cada vez que llegaba, mis ojos perforaban los suyos con un mensaje profundo, lleno de pasión y por qué no, de lujuria; ella me lo devolvía y yo lo recibía con beneplácito, creyendo que era correspondido… pero seguramente no lo era. Ojalá lo hubiera sido. Me encantaba verla llegar los martes… era como un alivio al no haberla visto por el fin de semana. No conocía sus actividades, pero me acordaba de sus historias y el sólo hecho de pensar que algún hijodeputa alicorado se la hubiera cogido y le hubiera ...
    ... mamado el coño… si ella lo hubiera permitido, me horadaba el cerebro.
    
    Hubiera querido confesarle a Pati, que una tremenda obsesión se había apoderado de mi, pues no podía dejar de pensar en proporcionarle un enorme placer, arrancándole la ropa y haciéndole el sexo oral. ¡Soñaba con enseñarle, comerla allá abajo y provocarle un orgasmo que no pudiera olvidar nunca y que le hiciera recordar mi nombre por mucho tiempo! ¿Me explico Alberto? Sin embargo, ella expresaba con frecuencia su repulsión por ese acto, al que yo me había tomado la libertad de bautizar “el Acto Sublime”, mi definición propia, hace muchos años. Ella afirmaba que nunca lo había hecho y que, además, no quisiera que se lo hicieran. Decía que no lo permitiría. Dudé dicha afirmación, pues no podía creer que los imbéciles con quienes había estado en el pasado, hubieran dejado de comerle esa fuente de placer, desperdiciando tan hermoso manjar. Mi deseado manjar!!!
    
    Me atrevía a pensar que cuando perforaba sus ojos con los míos, ella podría adivinar todo lo que aquí describo, pues créeme Alberto, −¡Se lo decía con mi mirada! ¡Se lo imponía! – Le decía que la deseaba tanto, que me molestaba mucho estar tan cerca a ella sin poderla tocar y besar; que su recuerdo envenenaba mis momentos de soledad; quisiera decirle que quería sentir el olor de su cuerpo y que me la quería coger hasta quedar sin fuerzas, interrumpiendo a ratos para comérmela abajo unos minutos y entonces continuar hasta terminar, levantarme a mirar y ...
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