1. Una vecina voyeur


    Fecha: 24/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... asintió con la cabeza, aprobando mi acto. Después me hizo señas para quitar mis pantalones. Obedecí y me quedé en bóxer delante de ella. Teníamos buena visión, los ventanales me permitían verla de cuerpo entero, mientras ella a mí me veía más o menos desde las rodillas. Se llevó las manos atrás para soltar el sujetador, pero antes me preguntó con un gesto si quería que se lo quitara. Le dije que sí, evidentemente.
    
    Se quitó el sujetador y por primera vez me mostró sus tetas, eran hermosas, deseaba lamerlas. Empezó a tocárselas, apretándolas, pellizcándose los pezones e inclinando la cabeza para saborearlos con la punta de su lengua. La polla se me había puesto dura, así que la marqué con las manos por encima del bóxer para que pudiera verlo. Ella se mordió el labio inferior y se llevó las manos a las caderas, cogiendo la goma de las braguitas. Hice el gesto de “sí”. Empezó a contonear las caderas suavemente, poniéndose de perfil y bajando el culotte. En ese momento quise comérmela, me tenía muy excitado. Entonces sacó las bragas y las tendió hacia mí alargando su brazo. Las soltó y cayeron al suelo. Estaba desnuda frente a mí. Me indicó que me quitara el bóxer y así lo hice, dejando mi polla erecta y bien dura a la vista de sus ojos. Se mordió el labio y se llevó la mano a su depilado coño. Empezó a tocárselo mirándome con cara de placer. Me indicó que me la agarrara y me masturbara para ella. Empecé a masturbarme lentamente. Ella hacía lo mismo. Se giró y acercó una ...
    ... silla para sentarse en ella y abrir bien las piernas, me estaba mostrando su coño abierto, para después introducirse dos dedos y masturbarse regalándome esa maravillosa visión. Ella se dio la vuelta en la silla y empezó a masturbarse mostrándome el culo. Yo seguía haciéndome la paja hipnotizado por las vistas. Estaba muy excitado, pero no quería correrme, así que bajé el ritmo de mi mano.
    
    De repente ella se volvió hacia mí, me hizo el gesto de esperar y desapareció de mi vista. Esperé unos segundos que me parecieron eternos. Me empecé a desesperar. Incluso pensé que había sido un idiota, que hacía aquello para tenerme enganchado. Mi polla empezó a decaer poco a poco. Encendí otro cigarro y en la primera calada sonó el telefonillo del piso. Lo descolgué.
    
    —¿Sí? - Pregunté extrañado porque no esperaba a nadie.
    
    —Abre la puerta y no te vistas. - Dijo una voz femenina.
    
    Pulsé el botón, di una calada al cigarro y fui a apagarlo en el cenicero. Sonó la puerta. Me acerqué y miré por la mirilla, era ella, mis sospechas se habían confirmado. Abrí y entró. Llevaba un abrigo largo y unos zapatos de tacón. Me miró desnudo de arriba a abajo. Después miró alrededor.
    
    —Siéntate ahí. - Me dijo señalando el sofá.
    
    Obedecí. Se puso frente a mí y abrió el abrigo, no llevaba nada, sólo los zapatos de aguja. Dejó caer el abrigo al suelo y quedó desnuda. Empezó a acariciarse mirándome. Mi polla ya había reaccionado y estaba llenándose de sangre, tomando volumen.
    
    —Pajéate. - ...