1. Una vecina voyeur


    Fecha: 24/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Inquirió.
    
    Me la agarré y cumplí su orden. Iba haciéndome una paja despacio ante ella, que estaba divina. Tomó una silla y se sentó frente a mí para comenzar a masturbarse conmigo.
    
    —¿Te gusta lo que ves, cabrón? - Preguntó pajeándose gozosamente, introduciéndose dos dedos con una mano y agitando el clítoris con la otra.
    
    —Me encanta, perra, me encanta.
    
    Empezó a gemir subiendo el tono para excitarme más aún. Yo aceleré el ritmo de mi paja, estaba muy cachondo ante aquella situación.
    
    —No quiero que te corras hasta que yo te diga. - Aclaró.
    
    —Está bien.
    
    —Me gusta tu polla, cabrón, da gusto verla. Y esos huevos están para lamerlos, ponte en pie.
    
    Me coloqué más cerca de ella pajeándome de pie.
    
    —Me gusta que seas exhibicionista, me pones muy cachondo. - Le dije entregado.
    
    —¿Verdad que sí, hijo de puta? ¿Verdad que te gusta verme?
    
    —Me encanta verte, mucho más como una perra en celo, gozando viciosa.
    
    Podía oír lo húmeda que estaba cuando se metía los dedos rápidamente, ese sonido endiablado que sube la moral de cualquiera. Sobre el suelo habían caído algunas gotas desde su coño.
    
    —Te gustaría follarme, ¿verdad, cabrón?
    
    —Me encantaría follarte por todos tus agujeros como se folla a una buena zorra cachonda como tú.
    
    —Qué hijo de puta eres – dijo tras emitir un gemido denso y levantar las piernas del suelo -, me pones muy cachonda, ¿ves mi coño cómo está?
    
    —Sí, lo veo y lo deseo.
    
    —Pues míralo bien porque no lo vas a tocar mamón.
    
    —Lo ...
    ... miro perra, y me gusta verte así de guarra, de cachonda, deseando una polla, pero resistiéndote a tenerla para exhibirte. Eres muy puta, y eso me gusta.
    
    —Soy la más puta, la más viciosa y la más guarra. Y quiero que te corras sobre mí, ¿entiendes?
    
    —Perfectamente puta.
    
    —Métete entre mis piernas y lléname de leche, pero cuando yo te diga.
    
    Ella tenía las piernas abiertas y elevadas, dejándome ver bien su coño y el agujero de su culo, se masturbaba rápidamente poseída y furiosa. Me acerqué hasta el máximo, con mis piernas tocando las suyas, colocando mi polla sobre su cuerpo. Ella miraba como me estaba masturbando con la mirada fija en mi polla y mi mano que la agitaba.
    
    —Suéltala – me ordenó.
    
    Yo lo hice dejando mi polla dura ante su cara. Ella emitió un gemido alto.
    
    —Qué buena polla tienes hijo de puta –y me la escupió- Sigue cascándotela.
    
    Volví a agarrármela y a pajearme.
    
    —Prepárate que quiero leche, la quiero enseguida. - Me avisó y volvió a escupírmela.
    
    Aceleré el ritmo de la paja para buscar la eyaculación, al agitar tan rápido oímos el sonido de mi mano agitándome la polla empapada de saliva, mezclado con el de su coño. Gotas de saliva caían sobre su cuerpo.
    
    —Ya puedes correrte, quiero verlo para correrme yo cabrón, vamos, córrete, lléname de leche.
    
    Afortunadamente ya lo tenía muy cerca, iba a romper, a estallar, a explotar sobre ella, llenándola de leche como me había pedido. La escuchaba gemir y empezó a subir el semen por el tronco de mi ...