1. Marcia Daniela: Sin complejos


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Transexuales Autor: Marcia Daniela, Fuente: CuentoRelatos

    ... retenía, la cual ayudé a quitarle y, en eso estaba cuando, al bajar la parte anterior del mismo, fui testigo de algo tan bello, sublime; único. ¡No podía creer lo que estaba viendo! Años, hacía ya, que no sentía, mi cuerpo, la sensación de estar a punto de estallar de placer. Siempre tuve en mente la imagen del pene perfecto y... el de Alejandro era mi sueño hecho realidad. Largo y grueso, blando pero firme, bien curvo y “para arriba”; una obra de Dios. Desafortunadamente nunca tuve el valor para el sexo oral, por lo que Alejandro se sintió algo, no sé si decir molesto pero, intuyo que era eso lo que esperaba él de mí.
    
    Sólo con miradas nos dábamos las indicaciones. Le señalé que se acostara en la cama, de lado (la cama estaba contra la pared, por lo que él tuvo que acostarse primero) y cuando hice lo mismo para quedar en posición de “cucharas” (que es la pose que a mí me vuelve loca), comencé a llorar de la emoción.
    
    Dado que ya habíamos platicado sobre no decirnos nada, ni para conocernos las voces, siquiera, comenzó a acariciar mi cuerpo, llevando su mano diestra a mi muslo derecho y acariciando la parte desnuda del mismo, mientras que, con suma sutileza, su mano izquierda se presentó por debajo de mi axila derecha para llegar a mi seno, el del corazón, comencé a volar de placer, a sentir las “mariposas” en mi plexo solar y a mi rostro llegaba el calor de la más intensa excitación, esa que se traduce en erotismo puro. Mis ojos se pusieron en blanco de tanta dicha, mi ...
    ... cadera se quebró de manera natural, mis pezones se tornaron de piedra y cuando mi ubre izquierda sintió las caricias de la mano de Alejandro, tronó en todo mi cuerpo el primer gran orgasmo hacinado de hace tantos años. Me sentí desfallecer. Era una fusión de felicidad, tristeza, llanto, alegría, lujuria y un sinfín de emociones, mucho para mi cuerpo, por entonces, tan fuera de estado, sentimentalmente hablando. Las oleadas de placer recorrían todo mi cuerpo, epicentro, mi plexo solar, y, nuevamente, comencé a llorar. Alejandro debe de haberse dado cuenta de mi hipersensibilidad, algo de lo que siempre le platiqué y creo que nunca llegó a creerme... hasta entonces...
    
    Procuramos no decirnos nada, en absoluto, tal cual nos lo habíamos pautado. Su cuerpo pegado al mío, cual cóncavo y convexo; femenino y masculino. Coincidencia perfecta. Mi mente flotaba, enajenada de este Mundo... Mi cuerpo se recuperaba paulatinamente, aunque no lo suficiente... La abstinencia de tantos años sin la emoción de la sensualidad hacia para otro ser debió ser re-aprendida en pequeñas dosis.
    
    Alejandro procuró mi bienestar todo el tiempo y esto, y aunque no lo quería, me enamoró. Giré mi cuello y comencé a besarlo como mi novio, mi amante. Mi esposo. Nuevamente resonaban nuestros alientos en la pobre acústica de la habitación y comenzamos a excitarnos de sobremanera. En eso estábamos cuando sentí que, y sólo con los besos, estaba encaminándome al cielo nuevamente; Alejandro comenzó a besarme con ...
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