1. Marcia Daniela: Sin complejos


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Transexuales Autor: Marcia Daniela, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrada, sentí el miedo más grande que una persona puede experimentar en su vida... Por momentos mi cuerpo de enajenaba de mis sentidos. “Tengo miedo...”, me dije...
    
    Abrí la puerta y, ahí estaba él... No lo miré mucho. Lo tomé de la mano y lo hice pasar. Cerré la puerta, tomé su mano nuevamente y lo conduje por el sendero de cera ardiente hasta el lugar de nuestro lecho...
    
    Como ya habíamos acordado, ninguno de los dos musitó palabra alguna. No hubo contacto físico por unos instantes, excepto el de mi mano guiándolo hacia el lugar, la cual solté inmediatamente. Lo único que nos conectaba eran nuestras miradas... Penumbra, silencio... Nuestras respiraciones, algo aceleradas y ásperas era el único elemento que deleitaba nuestros oídos. Digo “deleitaba” porque no era el entrar y salir de aire del pulmón que respira, más bien, el de un crisol de emociones, excitación, miedo, ansiedad y temor... Alejandro no podía sacar su mirada de mis piernas (ya él, en contadas ocasiones, había halagado mis piernas: éstas eran mi foto de los avisos en las publicaciones...). Sentía sus ojos en mis muslos, justo en donde termina el encaje y la línea de patrón se corta dejando expuesto mis muslos desnudos, blancos y femeninos, recién depilados. Levantando la mirada, mis piernas iban aumentando en curvas y se perdían por debajo del babydoll; y lo tenue de la luz dejaba entrever mi monte de Venus, sin vello alguno, éste (mi pene y mis testículos, invisibles gracias a una pícara fullería que ...
    ... aprendí para esconderlos por completo); su rostro se perdía en mis pechos, pugnando con su impedida visión salvar la delgada tela de mi atuendo.... Llegó el momento de mirarnos a los ojos. Un momento inédito en mi vida...
    
    Él llevaba puesta una camisa blanca a cuadros y pantalones jeans... Zapatos de cuero. Estaba muy bien mozo. De pronto, algo despertó en mí, me acerqué a unos escasos centímetros de su rostro, llevé mis brazos por encima de sus hombros y lo besé como si de mi primer noviecito se tratase. Ese novio, primero, que te da la bienvenida al mundo de las “mariposas” (las que lo han vivido, entenderán la analogía). Nos besábamos apasionadamente, de esa única manera donde se confunde el amor y la lujuria, la amistad y la fraternidad; lo físico y lo mental.
    
    Nuestras lenguas se perdían en sendos cuerpos y nuestra respiración se elevó de tono, ritmo y volumen. Instintivamente, y, sinceramente sin darme cuenta, comencé a desabrocharle la camisa y ésta, al caer al piso, no pude evitar “comerme” sus pectorales y abdominales, estos bien definidos, mas no tanto. Me doy cuenta que él mismo se afloja el cinto de sus pantalones y, al darme cuenta de esto, ayudo a quitárselos. Mi cuerpo se llenaba de éxtasis cada segundo que corría. Comencé a sentir esa extraña sensación de cuando voy a vivir algo nuevo y excitante pero, a la vez, peligroso... Alejandro quedó sólo en slips y, aunque les parezca algo ordinario, noté que su pene en cualquier momento desgarraba la tela que lo ...
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