1. Cristina, mi profesora de piano


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Lesbianas Autor: womanpenelope, Fuente: CuentoRelatos

    ... debajo de mi vestido con una facilidad increíble. En segundos me tenía gimiendo sobre su boca mientras ella amasaba mis nalgas.
    
    -Eres como una puta fruta prohibida, Al… Lo que te quiero hacer…
    
    -Hazlo. -Dije con los ojos cerrados.
    
    -No quiero lastimarte. -Respondió dejando pequeños besos sobre mis labios.
    
    -Hazlo, porque necesito odiarte. -Dejó de besarme y abrió los ojos abruptamente.
    
    -Lo siento mucho, Al… pero no puedo alejarme. -Me puse de pie y cogí mi teléfono. Ella me veía confundida.
    
    -Ma, me quedaré en casa de Sam a ver películas. Mañana es sábado así que no hay problemas por la escuela.
    
    A pesar de tener la mayoría de edad, esperé la letanía de mi madre aunque sabía que al final accedería.
    
    –Sí, sí la próxima vez te aviso antes. Te veo mañana. Te quiero.
    
    Le envié un mensaje a Sam pidiéndole que me cubriera; me debía un favor. Apagué el teléfono y lo aventé al sillón.
    
    –Toda tuya.
    
    Parecía que alguien hubiera encendido una llama en los ojos de Cristina, sus profundos ojos cambiaron de la preocupación a la lujuria en dos segundos. Sonrió, esa sonrisa que aparece cuando estamos en la cama; se puso de pie y caminó lentamente hacia mí. Se inclinó un poco para poder quitarme el vestido y dejarme sólo en ropa interior.
    
    -Toda mía. Solo mía.
    
    Su forma de verme me hacía sentir deseada, bonita, importante, todo en el aspecto físico pero no en lo emocional. Ella necesitaba saciarse… no quería que la amaran, mucho menos amar.
    
    -¿Eres ...
    ... mía?
    
    Pregunté mientras sus dedos jugaban con las tiras de mi sostén. Dejó su tarea un momento y me miró fijamente a los ojos.
    
    -Sí, soy tuya.
    
    Quería creerlo, necesitaba creerlo… aunque sea un segundo.
    
    –No lo pienses, me cogió de la cara
    
    –siéntelo. De nuevo atrapó mis labios con fuerza.
    
    Me apretó a ella, sus manos vagaban por todo mi cuerpo, sus labios se comunicaban con los míos, su lengua me enloquecía. Estaba a su merced. Así como ella me quería tener, así como quería estar para ella. Aferrada a su cuello dejaba que las sensaciones que ella me producía se tatuaran por toda mi piel. No sabía cómo era el cielo pero estoy segura de que era algo muy cercana a esto.
    
    -Quiero estar muy dentro de ti…
    
    Escucharla hablándome así me excitaba más; esta mujer tenía una increíble facilidad para manejarse en la cama. Entonces recordé lo que me había dicho… Aprender, crecer y follar.
    
    ¿Habrá sufrido?
    
    Cogí su cara, la acerqué a mí y la besé con ternura, lento, suave, sin ninguna prisa. Sus manos dejaron mis hombros y se quedaron colgados a sus costados. Estaba muy tensa. Lentamente bajé mis manos, recorrí sus hombros, sus bíceps, su antebrazo hasta lentamente entrelazar mis dedos con los de ella. Apenas movía sus labios sobre los míos; intentó meter su lengua en mi boca pero no la dejé.
    
    -No.
    
    Me espanté al escuchar la solemnidad de su voz. Salió de la casa prácticamente corriendo; me quedé con la cabeza agachada y me vi únicamente con ropa interior. Si iba a dormir aquí ...
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