1. Un segundo intento para un trío


    Fecha: 10/11/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Alveiro, Fuente: CuentoRelatos

    Mi mujer estaba frustrada tras haber esperado disfrutar de dos vergas a la vez y no haber podido. Por cuanto mi compañero se vino muy rápido.
    
    Esta es una continuación de mis relatos anteriores “Matando la rutina (Primera y Segunda Parte)”.
    
    Unas noches después de nuestro primer trío, mi esposa estaba algo insatisfecha, me costaba trabajo satisfacer su apetito sexual por la decepción tras la venida rápida de mi amigo y para lidiar con esto, se me ocurrió ofrecerle un consolador de 18 centímetros y acepto.
    
    Lo compramos y ¡bomba! el fin se hizo real, pues le metí mi verga por detrás y los 18 cm de consolador estaban en su coño totalmente cubierto por los jugos sexuales sin dejar un solo centímetro afuera. Mi mujer gritaba como loca, creo que los vecinos tuvieron que escuchar por fuerza y enterarse así; la perra que por las noches tengo en mi cama.
    
    Y una vez más nuestra imaginación hizo su parte, mi mujer le puso por nombre al consolador... Jorge... El nombre de su ex amor más recordado.
    
    ¿Quién es Jorge? Les contaré un poco sobre él.
    
    Mi esposa conoció a Jorge en una tarde caminando por la playa con sus amigas en el puerto la cruz tumbes. Y él estaba con su grupo de amigos exhibiendo lo que a mi mujer le llamó la atención, su pecho totalmente velludo y desde esa tarde mi mujer lo llama peloncito. Esa tarde solo lo vio por primera vez y no se dijeron nada, por la noche hubo una fiesta a la que acudió junto a sus hermanas (o sea mis cuñadas) y ¡eureka¡ allí estaba ...
    ... él acompañado en esta ocasión por una amiga de mi esposa, anclaje perfecto para que mi esposa pudiera conocerlo y en menos de un minuto mi esposa se había acercado a saludar a su amiga y como es lo lógico su amiga le presentó a Jorge, quien no dudo por un segundo contemplar el cuerpo perfecto de mi mujer, su gran culo y sus tetas asomando por los filos de un escote bien pronunciado en la polera sexi que esa noche llevaba puesta mi mujer. Sus ojos el resto de la noche no perdían oportunidad de disfrutar del bello cuadro que le parecía el culo de mi mujer y para hacer esta parte más corta solo unas noches después mi mujer ya se encontraba tumbada sobre la arena de la playa con las gruesas manos de Jorge apretando sus nalgas y su boca chupando sus tetas.
    
    Pero todo era tocamientos, besos y caricias ardientes que si bien eran fuego total. No había la fuerza necesaria para hacer que mi mujer echara a perder su sueño (llegar virgen al matrimonio) por esto, esta relación solo se basó en juegos sexuales sin penetración. Mi mujer dice que tras verlo así de excitado diciéndole una y otra vez que le deje poner aunque sea la putita en su coño ella le ofreció hacerlo por el culo a lo que él le respondió que no era cabro, que solo los cabros lo hacían por detrás, pero por algunos relatos que les contaré en otros escritos sé que solo decía esto porque su meta era cachar a mi mujer siendo él quien la desvirgara y eso nunca pasó.
    
    Puedo golpear mi pecho de orgullo y decir que fui yo quien ...
«123»