Cogiendo con el jefe de mi marido
Fecha: 28/10/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... y bien firme estaba lista para entrar en mi muy húmedo orificio.
Se agacho acomodándose entre mis piernas y mientras me besaba las tetas empezó a meterme su grueso animal, sentía muy rico cuando empezaba a metérmelo, el me tomo de las nalgas para apoyarse y empujármela todita, era tan grueso que yo solo gemía al sentir como me penetraba.
C: ¡Que gruesa!
R: ¡Descuida, te acostumbraras!
Me embestía suave, pero con un buen ritmo, sentí su dureza entrar y salir, lo miraba y me ponía más perra al ver cómo me veía y como se movía, el jefe ahora me tenía en su sofá dándome muy rico.
Como lo dijo, ya me había acostumbrado al grosor de su verga y me movía rico cada que él me embestía, me puso de pie y levanto mi pierna para subirla en el sofá, una en el piso y la otra en el sofá, me tomo de las nalgas y me la metió con velocidad, nos besábamos mientras mi jefe me metía su grueso amigo de forma rápido y violenta, el ruido de nuestras pelvis chocando era fenomenal, el calor de nuestros cuerpos se mezclaba fantástico, me olvide de que aún era casada y de que el concia y era incluso amigo de mi marido.
R: ¡Que rica estas!!
C: ¡Uhm, ah!
R: Finalmente te estoy cogiendo, ¡no sabes cuánto lo soñé!
Sus palabras me aceleraban más, él era fuerte y más alto que me cargo y caminando dando vueltas en la oficina me metía su animal, yo me abrazaba su cuello y le daba mis tetas a comer.
Se acomodó en el sofá y me pido subiera a cabalgarlo, como buena empleada obedecí sus ...
... órdenes y apoyándome del brazo del sofá empecé a mover mis caderas y ensartarme solita a su grueso amigo.
Una vez que entro, el me tomo de la cintura y guiaba mis movimientos circulares, los cuales lo hacían retorcerse cada que me movía como desesperada y me daba de ligeros sentones, ¡que rica cogida!
R: ¡Que rico te mueves uhm!!
C: ¡Ah, si, uhm, que rico!!
R: Que pendejo es tu marido, ¡vaya que querer dejar esto!!
C: ¡No hables de él, solo cógeme!!
Me levanté y como perra me puse en cuatro para él, el gustoso se levantó y abriéndome las nalgas me ensarto de una forma deliciosa, yo movía mi cuerpo y el me embestía fuerte dándome de nalgadas y apretando mis tetas.
R: ¡Cariño!!! ¡Qué nalgas más ricas uf!!
C: Métela, si, que rico, ¡como necesitaba esto!
Y era cierto, hace meses que mi marido no me tocaba y ahora mi nuevo jefe me estaba llevando al mismo cielo con su verga gruesa y dura como fierro.
Continuábamos como perros, duro y rápido, su verga ya me había abierto mucho, sus dedos acariciaban mi ano, yo me acariciaba el clítoris, estábamos a punto de corrernos y en unos movimientos deliciosos, ambos llegamos juntos al orgasmo.
R: ¡Ah, Cindy!
C: ¡Sí! ¡Dame leche sí!
R: ¡Toma mi leche, toma mi lechita nena!!
C: ¡Sí que rico!!!
El quedo en el sofá aun con espasmos de la corrida, pero yo quería consentir a mi nuevo jefe así que bajé a su gruesa verga y comencé a chupársela, limpiándole los restos de nuestra batalla sexual.
R: Mami, ...