1. Violadores seriales (Capítulo 1)


    Fecha: 15/10/2022, Categorías: No Consentido Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... barbilla. Esta vez haciéndole ver mi falo. Ella lo miró, y luego a mi, con tristeza y resignación. Apoyé el glande sobre sus labios, pero estos no se abrieron. Empujé, y apenas cedieron unos centímetros. Apreté su encantadora nariz con mis dedos. Al poco tiempo se quedó sin aire, y tuvo que respirar por la boca. Mi ansiosa pija la invadió.
    
    A partir de ahí todo fue mucho más fácil. Alexia, para evitar que la penetre con violencia, hasta llegar a su garganta, tomó la posta y empezó a manipular mi sexo de la manera que le resultaba más cómodo. Me apretaba el glande con fuerza, casi mordiéndomelo, probablemente para que acabe lo más rápido posible, pero la sensación era increíble. Diego se había arrodillado, y le frotaba con fruición la lengua en el sexo de nuestra presa. Yo veía cómo chorreaba abundante baba de la boca de mi colega. Cada tanto, sin dejar de chupármela, largaba un apagado gemido cuando Diego estimulaba en el lugar correcto.
    
    Después de unos pocos minutos, ante semejante mamada, no pude más, y acabé en su boca. Alexia tosió, y escupió el semen que le había metido adentro de su boca. El líquido viscoso colgaba de su barbilla. Sin dejar que se limpie, Diego le metió su propia verga en la boca. Vi cómo los ojos de Alexia se abrían desmesuradamente. Por algún motivo, mientras la verga gruesa y venosa de Diego la violaba, ella me miraba a mi. Otra vez recibió la eyaculación adentro de su boca. Y otra vez tosió y escupió el semen.
    
    -Qué puerquita. -Susurró ...
    ... Leandro, y Alexia, limpiándose como pudo el semen impregnado en su cara, se ruborizó por la vergüenza.
    
    -Bueno, ahora es nuestro turno. -Dijo Rogelio.
    
    Él y Leandro se desnudaron. El abundante presemen que largaban sus miembros era la prueba de que no durarían mucho. La escena anterior los había excitado mucho. Diego y yo nos hicimos a un lado, colocándonos en un lugar donde pudiéramos ver todo detalladamente. Los otros dos se pararon frente a Alexia.
    
    -Tengo las mandíbulas cansadas. -Se quejó ella.
    
    Como respuesta Rogelio hizo un movimiento pélvico y le metió la mitad de su generosa verga en la boca. Leandro la agarró de la mano, y la llevó hasta su propio sexo. Alexia lo entendió enseguida, y empezó a masturbarlo.
    
    A estas alturas, salvo por su rostro de expresión apática, nuestra presa participaba activamente de la orgía. Se llevó las vergas de mis colegas una y otra vez a la boca, sin dejar de masturbar al otro, hasta que ambos embarraron su cara de semen.
    
    -Vaya putita sumisa. -dijo Rogelio, agitado, después de acabar, al ver a la chica de cara inofensiva repleta de semen.
    
    Ya completamente sometida, Alexia se tiró al piso y abrió sus piernas. La cabalgamos uno a uno.
    
    Cuando todo terminó, ya era de madrugada. Ofrecí llevarla a su casa. Ella se negó, dijo que pediría un Uber. Pero yo la agarré de la muñeca y la llevé hasta mi auto.
    
    En el vehículo se sentía el olor a sexo impregnado en el cuerpo de Alexia.
    
    -Me gustó mucho lo que hicimos. -Le dije.
    
    Ella ...