1. Jugando con negros


    Fecha: 26/09/2022, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nos miraban y sonreían irónicamente.
    
    Yo me sentía, por un lado, cómoda de estar hablando de cosas personales sin pudor pero, por otra parte, nerviosa ante lo que podría venir después. El joven senegalés empezó a indagar en cosas cada vez más personales, hasta que me dijo que le gustaría mucho visitarme en mi ciudad. Yo le dije que sí pero que no podría alojarle porque compartía piso con otras personas. Parecíó sentarle mal mi respuesta y empezó a preguntarme si tenía pareja, que sí salía mucho, lo cual me sonaba a amante celoso y decidí pararle los pies y le dije que se estaba aprovechando de que yo estaba sola en un lugar solitario para abordarme y que se quería aprovechar de mi, él me preguntó que si yo era racista y yo le dije que si fuera racista no habría estado hablando con él media hora.
    
    El me dijo que si yo me sentía molesta me dejaría en paz y yo le dije que de acuerdo. Así que me senté en otro sitio y él se alejó bastante . Su tren a Barcelona saldría poco después que el mío así que teníamos para rato, aún dos horas.
    
    Saqué mi libro aún algo enojada, y empecé a hojear pero …no me lo podía quitar de la cabeza. Su pecho, que yo deseaba lamer, …. Sus manos, que deseaba que acarciaran y apretaran mis carnes, sus brazos que ansiaba que me alzaran con fuerza, sus grandes y espesos labios que me los míos anhelaban , y sobre todo su gran verga africana…..
    
    Y allí estaba con su amigo, de pie y alejado, mirando el escaparate de la prensa y charlando como en secreto. ...
    ... Yo les miraba de reojo y de vez en cuando les pillaba observándome. Y yo cada vez estaba más y más ardiente….lamentando haberle dado calabazas.
    
    Ya habían pasado veinte minutos y yo aún llegaba por la primera línea como seguía nerviosa decidí pasar a los andenes. Mi tren pararía en el cuarto así que tendría que bajar mi maleta a pulso por la obsoleta escalera. Veinte kilos de equipaje.
    
    Cuando empecé a alzarla el ferroviario se me acercó, me saludó y me dijo que él la bajaría. Así lo hizo. Era un hombre de unos cuarenta años, alto y algo de tripa, desprendía un discreto olor a sudor pero no demasiado, me recordó a mi ex y me entraron ganas de agarrarle cómo le agarraba a él. Dado mi estado de ansiedad volvió mi líbido a despertarse y más ante el alarde de fuerza de mi caballero andante que gallardamente bajó las escaleras cargado con mi maleta. Yo iba detrás de él, no sin antes echar un vistazo a los jóvenes senegaleses pensando el la oportunidad de satisfacer una de mis fantasías sexuales.
    
    Cuando llegamos abajo, posó la maleta y le di las gracias.
    
    -De nada, preciosidad. Hace tiempo que no veía una rubia tan espontánea y simpática como tú.
    
    -Gracias….. (dos el mismo día, pensé). No sé por qué lo dice.
    
    -Te he observado antes con el negro. El no te quitaba ojo de encima. Te comía con la mirada. Y tú le seguías el rollo.
    
    -¿Yo?
    
    -No lo niegues. ¿Te gustan los morenos, preciosa? ¿Crees que la tiene grande y gorda?
    
    -Puede.
    
    -Y luego ellos no hacían más que ...
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