1. El préstamo


    Fecha: 23/09/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    B: ¡Eres un maldito!
    
    L: Pero bien que te gusta, uf, ¡que rico culo!
    
    B: ¡Luis, dios mío!
    
    L: Que nalgas, ¡seguro que él no sabe usarlas!
    
    B: Ah, no, para, ¡dios mío!
    
    L: Uf, uf, que rica, ¡con esto estriamos a mano!
    
    Mi verga estaba en su ano, pero antes de que continúe, ¡tienen que saber cómo empezó todo!
    
    Les había contado de una nalgona de nombre Betty, pues mi amiguita, empezó una relación con un tipo del que llaman en mi país, “nini”, no trabajaba era un holgazán, pero seguramente se la cogía rico, bueno eso pensaba yo, pero, en fin, Betty se alejó de todos ya que él le tenía celos a todos, honestamente a mí no me importaba, me sobraban las mujeres, pero porque me la cogí nuevamente, pues como me pidió un préstamo y no me pudo pagar, me cobre con su rico cuerpo!
    
    ¡Y antes de que me llamen maldito o proxeneta, en mi defensa fue para hacerle también un favor a ella!
    
    Llego una tarde a mi oficina y me pidió 5000 pesos, para sacar a su galán de los separos, ya que lo habían cachado robando un celular y para que no lo procedieran, tenía que pagar una multa de 5000 pesos, ella no contaba con ese dinero y me los pidió prestados, yo como la vi muy apurada
    
    ¡Se los preste, con la promesa que me los pagaría en un mes!
    
    Pero obviamente eso no ocurrió, ya habían pasado 4 meses y no es que necesitara el dinero, lo que me dolía es que yo la tenía en un concepto y lo hecho a perder, así que, en una llamada urgente, la cite en mi casa, ella regañadientes fue, en ...
    ... ese momento ella tenía una actitud indeseable, pero yo quería arreglar las cosas para no molestarla más.
    
    Debo admitir que, aunque estaba molesto, no pasó desapercibida, ya que llevaba un minivestido con sus medias negras, lo cual me puso dura la verga, ¡pero el tema era arreglar algo!
    
    B: ¡Pues no tengo dinero y no creo tener!
    
    L: Mira, entiendo eso, pero tu actitud, ¡ese si me duele!
    
    B: ¡Ay, ya, no que tú eres súper hombre!
    
    L: Jajá, sabes que, si lo soy, ¡más que ese adefesio que tienes escondido en tu casa!
    
    B: ¿Celos?
    
    L. Nunca, molestia sí!
    
    B: ¡Todos lo atacan, el solo es una víctima!
    
    L: ¡Dios mío, escúchate!
    
    Como la plática no llego a nada, ella decidió irse, yo iba detrás de ella, pero algo me domino, ver como movía las nalgas y esos muslos, me hipnotizaron y antes de que abriera la puerta, ¡se lo impedí abrazándola por atrás!
    
    B: ¿Qué haces cabrón?
    
    L: ¡Lo que no te han hecho hace meses!
    
    B: No, suéltame, ¡no quiero!
    
    L: ¡No te estoy preguntando, es feo lo que diré, pero me cobrare contigo!
    
    B: ¡Que!!!?
    
    Seguí sometiéndola contrala puerta, baje mi mano a su concha, la cual empecé a acariciar por encima de su tanga, ella forcejeaba para que la soltara, pero más la apretaba contra la puerta.
    
    Bajé hasta su parte trasera y empecé a lamerle sus ricas nalgas, esas duras y enormes nalgas que tanto me gustan, las arañaba, ¡eso poco a poco la empezó a dejarse llevar!
    
    Me baje el pantalón, ella aún no estaba muy lubricada, utilizando un ...
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