1. Gyn


    Fecha: 11/09/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estaba esperando a que le diera mimos. Sara no se hizo de rogar y empezó a deslizar una mano a lo largo retirando la piel que recubría el glande mientras su otra mano se dedicaba a jugar con las pelotas apretándolas y dándoles suaves masajes.
    
    Al descubrir el glande pudo ver como brillaba por causa del liquido pre seminal, si seguía con esa rutina no tardaría mucho en conseguir que me corriera en su mano o en cualquier otro sitio de su cuerpo. Mi excitación era máxima y no sabía donde llegaría. Antes de poder advertirla ella ya solucionara el problema por su cuenta, se había introducido el pene en la boca y parecía un bebe chupando del biberón. Sara no tardaría demasiado en recibir su ración de leche calentita.
    
    Sabía bien lo que hacía y recibió su premio el cual casi la ahoga, lo cierto es que no recordaba cuando había descargado tal cantidad de leche en una mamada que había sido espectacular. Después de tragar todo y relamerse se levanto del wc e iba a coger papel para secarse cosa que le impedí. Se quedo mirando para mí sin saber cómo actuar. La senté de nuevo y comencé a desatarle las deportivas para sacárselas, con estas fuera cogí uno de sus pies y le quite el cajetín para seguidamente deslizar la lengua por su planta y chupar sus deditos uno a uno. Proseguí con el otro pie, la respiración de Sara se aceleraba y su sexo comenzaba a brillar.
    
    Lo siguiente fue retirarle las mallas y su braga, al sacar esta de las mallas le dije con el dedo que eso no estaba bien ...
    ... y le recrimine el usar bragas tipo abuela que lo único para lo que valían era para bajar la excitación de cualquiera tras lo cual las rompí y tire en la papelera. Sara me lo recrimino preguntándome que se iba a poner.la respuesta fue contundente “NADA”
    
    Ya desnuda de cintura para abajo la cogí y la senté en el lavabo dejando su sexo a la altura de mi boca para comenzar a lamerlo. Succionaba sus labios menores, mordía su clítoris, introducía la lengua en la entrada de su vagina, a la vez que mis manos se deslizaban debajo de su sujetador y me dedicaba a masajear sus jugosas tetas y retorcía o tiraba de sus pezones los cuales estaban duros como piedras.
    
    La frecuencia de los jadeos de Sara iba en aumento y su volumen llamaría la atención de sus compañeras de clase, no parecía importarle lo más mínimo solo quería disfrutar de algo que hacía tiempo que no sentía,” un orgasmo”. Iba en camino de disfrutarlo y yo intentaba que lo alcanzara y se rindiera a su condición de viciosa la cual tenía escondida y coartaba su felicidad. Vivía de acuerdo a las normas de los demás a pesar de su infelicidad.
    
    Cuando al fin tuvo su orgasmo su cuerpo se contorsiono de una manera increíble, sus ojos quedaron en blanco y dejo de respirar durante casi un minuto. La magnitud de su orgasmo fue enorme, la fuerza del mismo llego a las paredes frente a ella y el resto me lo quede yo, me había empapado con su corrida. Tras recuperarse nos adecentamos un poco y salimos del baño, la cara de Sara era ...