1. Sexo en el Infierno


    Fecha: 07/09/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... punto de dispararse…¡que cuerpo tenia la muy hija de puta! – Tetazas grandes y llenas, pesadas y algo caídas agotadas por la fuerza de la gravedad, tenía la piel brillante y limpia, y un culo que se la ponía tiesa a un muerto.
    
    Ya no podía mas e hice la locura, la tome de la mano y le pedí que fuésemos a la habitación.
    
    Atravesamos la sala mientras el resto de cotorras cuchicheaban y reían. Una gorda que estaba al lado de la máquina de tabaco se presino a mi paso dando a entender que mi elección había sido la peor, y luego se carcajeo mirando a un corrillo de gallinas viejas y aburridas que le respondieron al unísono con carcajadas y gestos burlones.
    
    Llegamos a una especie de recepción donde había un tipo jorobado y de piel cetrina, con aspecto huraño, de unos 70 años, pelo grasiento, con un traje negro con brillos y desgastado.
    
    La chica me pidió cinco euros -- para las sabanas me dijo -- y el tipo nos entrego la llave de la habitación y una sabana de papel con un preservativo todo envuelto dentro de una funda de plástico.
    
    Llegamos a la habitación y estaba ocupada, así que tuvimos que esperar de pie en el pasillo mudos, la negra no hablaba, ni siquiera me miraba, tan solo quería sus 50€.
    
    En unos minutos se abrió la puerta y apareció una latina que parecía salida de la portada de un Interviú, en ese mismo instante comprendí mi error al haber entrado con la primera zorra que se me cruzó.
    
    Salía acompañada de un viejo aldeano con pantalón de pana y una camisa ...
    ... de cuadros, el hombre estaba pálido y un poco desubicado, sin apenas energía, ella tenía prisa, se le veía pizpireta y superficial, enfilo el pasillo en dirección al salón con paso alegre, tenía mucha prisa por recuperar el tiempo perdido. El viejo refunfuñaba, iba sin fuerzas, sin ganas, sin dinero y se fue quedando atrás como un trasto roto inservible, olvidado.
    
    Al entrar en la habitación, olía como a perro mojado, cerró la puerta y me señalo un bidet que había al lado de la cama, junto a él, una papelera llena de papel usado y preservativos rezumando semen y al otro lado un rollo de papel que alguien había dejado descuidadamente en el suelo medio deshecho y mojado.
    
    Mientras me quitaba los zapatos y pantalones, ella se sentó en el bidet, pero antes puso papel en la base para evitar el contacto directo con la loza mojada, se lavo salpicándose agua en el coño con la mano tres o cuatro veces y ya.
    
    Yo me senté e hice lo mismo, puse papel alrededor, pero me jabone la polla y luego me la aclare. La negra me la seco con papel higiénico que había liado en su mano. Mientras me secaba me hacia una inspección del prepucio como un científico loco analizando algo nuevo y desconocido.
    
    Me puse de pie con la intención de que me la empezase a mamar
    
    Pero ella me señalo la cama…curioso…se había quedado muda desde que me pidió el dinero para la sabana, ya solo se dirigía a mi mediante gestos.
    
    Dócil y entregado me recosté en el camastro, eso sí, con mis calcetines puestos para ...
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