1. La primera vez con mi amigo


    Fecha: 31/08/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me caigo en el sofá sin soltarle, lo que provoca que él casi se caiga sobre mí. En un alarde de buenos reflejos, que no esperaba que tuviera, Noé apoya sus manos en el respaldo y se inclina para seguir besándome.
    
    —Me vas a aplastar, pelmazo —le digo. Mi voz suena un poco jadeante por los besos.
    
    Noé se deja caer a mi lado. Le miro un instante antes de quitarle las gafas con cuidado.
    
    —No veré una mierd…
    
    —Da igual.
    
    Deposito las gafas en la mesa, al lado de su vaso de Coca cola light que no ha podido catar, y vuelvo a besarle. Ni siquiera le prestamos atención a la tele. Nos besamos y mis manos se apoyan en su pecho y de vez en cuando trepan hasta sus mejillas. Nos detenemos el tiempo justo para respirar y nos miramos cachondisimos. ¿Cómo ha podido mantener las manos quietas cuando se nota a la legua que se muere por meterme mano? No puedo evitar mirar la abultada entrepierna de sus pantalones, como él no es capaz de disimular esas miraditas a mi escote.
    
    Sin pensarlo dos veces, me coloco a horcajadas sobre él, con una pierna a cada lado. Agarro su cara con mis manos, sintiendo como me pinchan los cuatro pelillos de barba que tiene. Mientras nos besamos, muevo mi cintura frotándome contra su entrepierna. Noto el bulto duro presionando mi coño a través de toda la ropa y la verdad es que quiero sacarle la polla ya.
    
    Cuando intento meter mi lengua en su boca, Noé se aparta, cortándome un poco el rollo y sacándome del trance en el que estaba metida. Tiene las ...
    ... orejas rojas y las mejillas ardiendo.
    
    —Solo era un beso con lengua.
    
    —Es que me he puesto nervioso. Yo que sé —me mira un instante y luego aparta la mirada. No soy capaz de discernir qué ha pensando, en que se han fijado sus ojos grises y miopes, para que se sonroje todavía más.
    
    —¿Qué pasa?
    
    —Nada, solo que lo había imaginado de otra manera —responde, sin mirarme a los ojos.— ¿Me pasas la Coca cola? Tengo la boca seca…
    
    Mil y un comentarios mordaces pasan por mi mente, pero decido quedarme callada. Me giro, sujetándome con una mano en su muslo, y me inclino de medio lado para coger su vaso.
    
    —Toma, anda.
    
    Se lo bebe de un trago, intentado ver la tele por encima de mi hombro, como si yo no existiera.
    
    —Gracias.
    
    Por fin me mira. Cojo el vaso de su mano y lo dejo sobre la mesa. Me inclino para besarle con suavidad. Sus labios tienen un regusto a coca cola y, cuando vuelvo a intentar meter mi lengua en su boca, esta vez no se resiste. Su lengua se mueve torpemente y me sorprendo pensando que apenas siento ninguna diferencia entre besar a un chico o a una chica, porque Noé no tiene barba y no me pincha con ella. Con lo que sí me pincha es con la polla, sobre la que de nuevo me estoy restregando. Siento su polla muy dura y mi coño tampoco está sereno precisamente. Siento una leve humedad entre mis piernas, mojando el tanga negro que llevo bajo los pantalones cortos.
    
    Estoy tan cachonda como cuando María, mi ex, sacaba ese cinturón con polla y me decía que me ...
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