1. La viuda Fernanda


    Fecha: 27/08/2022, Categorías: Hetero Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... y la acariciaba suave frotándola muy rico!
    
    F: ¡Luis, te tengo ganas desde hace tiempo!
    
    L: ¡Y yo a ti, ven vamos a tu cama!
    
    F: ¡Mejor aquí, en este sofá, quiero respetar esa cama aun!
    
    L: ¡Como digas hermosa!
    
    Nos fuimos al sofá cama de su sala, ahí le quite su blusa dejando sus tetas al aire para mí, también le quiete su falda y su tanguita, la recosté en el sofá y lleve mi lengua por todo su cuerpo, desde los dedos de los pies, pasando por en medio de sus nalgas, su cuello y sus ojos, mi lengua recorría completito el sabor de ella.
    
    Le abrí sus piernas y mi lengua empezó a saborear su vagina húmeda por las acciones anteriores, mis manos también masajeaban los labios y el clítoris de la nena, ella cerraba sus ojos y gemía de placer, la miraba mientras me comía su concha y le apretaba las tetas, ¡con mis dedos hacia presión en su clítoris y mi lengua ya follaba la concha húmeda de la nena!
    
    F: ¡Agh, sí que rico, esto es maravilloso!
    
    L: ¡Nena sabes a gloria!
    
    F: Síguele bebe, ¡síguele!
    
    L: ¡También quiero que me lo chupes nena, quiero que me mames la verga!
    
    Me despoje de mi pantalón y mi trusa, nos acomodamos en un 69 casi sentados y empezamos con el oral, Fernanda mamaba riquísimo, lamia la cabeza la succionaba y la mordía mientras sus manos apretaban mis testículos, ponía sus tetas cerca de mi verga lo cual me hacía sentir riquísimo, luego de golpe la tragaba lo más que podía hasta casi ahogarse en ella, ¡yo le besaba y mordía las entre piernas y ...
    ... seguía fallándola con mi lengua!
    
    L: ¡Fer que rico mamas!
    
    F: ¡Ya me hacía falta esto y una como la tuya más!
    
    L: ¡Devórala nena, devórala rico!
    
    F: Ya te quiero dentro, ¡te quiero sentir!
    
    La recosté sobre el sofá y le abrí las piernas como compas, la penetré suave mientras nos besábamos, le mordía sus tetas para acompañar mis movimientos, ¡ella cerraba los ojos y me apretaba las nalgas para moverse al ritmo de mis penetradas!
    
    Levante sus piernas e inclinándome hacia atrás la embestí fuerte, el choque de mi pelvis con sus nalgas me decía que ya la tenía bien empalada, Fenarda gemía y me pedía más, que le diera más, de hecho, ¡en un momento menciono que ni su difunto marido le daba este placer!
    
    ¡La puse de pie y subí su pie al sofá, ahí la tomé de la cintura y fue testigo de cómo entraba y salía, yo la tenía durísima y eso la hacía gemir más, le encantaba tenerme dentro, me decía que la tenía grande y que nunca había tenido una así dentro de ella!, nos besábamos nos mordíamos, ¡le apretaba las nalgas y le daba de nalgadas!
    
    F: ¡Ah, uf, que dura, así bebe, así!
    
    L: ¡Estas riquísima, con razón lo tenías loco!
    
    F: ¡Y tú me tienes loca ahora, uhm, así que rica verga, así!
    
    L: ¡Date tus entones, empálate sola nena!
    
    Me senté en el sofá y Fernanda de un solo impulso metió mi verga en su concha, comenzó a sentarse de manera riquísima, también cabalgaba muy bien haciendo hacia atrás, yo apretaba las tetas, le apretaba los pezones, ella más se levantaba y se ...