1. El chico del agua


    Fecha: 24/08/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi nombre es Paula, tengo 25, pelo castaño y no se cuanto mido jaj, pero yo creería que 1.74.
    
    Mi historia parte de un desespero. Por esto del virus, mi novio no ha podido volver a mi casa a hacerme el amor como los animales que éramos, porque tengo que admitir que amo el sexo. Así que nuestro único remedio era las videollamadas calientes pero eso solo conseguía alborotarme más mis deseos de sexo, que estaban a punto de explotar...
    
    Ya que el virus, como sabrán obviamente, es contagioso, no permiten entrar a los domiciliarios entonces uno tiene que bajar, y eran precisamente esas bajaditas lo que más me calentaban. El celador, el vecino, el jardinero o hasta la vecina me calentaban horrible, me moría por sexo.
    
    El conjunto en el que vivo es por grupos de tres casas, siempre juntas las de dos personas, una persona o cuatro personas y pues vivía sola entonces me situaba en dicho grupo, que era también el más alejado a la portería, así que el camino para allá es bastante largo.
    
    Era un día normal, estaba bronceándome en la piscina cuando llaman al teléfono.
    
    - Señorita Paula?
    
    - Si soy yo...
    
    - Acá en la portería está el tanque de agua que faltaba, desea recargarlo? - le fui caminando hasta la cocina. No tenía agua! No me había dado cuenta.
    
    - Ay si! Voy para allá
    
    Salí de prisa, me sequé con la toalla y me puse una salida de baño, salí descalza cuando me dicen:
    
    - Ey, Pau cierto? Espérame
    
    Era mi vecino Daniel, un macho de pies a cabeza. Lo conocí una vez ...
    ... que me invito a celebrar un partido, era sexy. Piel bronceada, tatuajes bonitos, buen cuerpo con abdomen y pecho marcados, solía estar con una chica antes de la cuarentena pero dejo de venir.
    
    - Te acompaño, acaba de llegar la comida que encargué. - dijo. Nos fuimos hablando de el tema de estos meses, pero no nos parábamos de mandar miradas indirectas, y también notaba su mirada en mi culo (que creo que es lo más bonito de mi cuerpo).
    
    Al llegar y ver el tanque me acorde: ese puto tanque pesaba un montón. Pero no pasó nada, mi musculoso vecino decidió ayudarme mientras yo sostenía la comida. Iba adelante de él para dejarlo pasar a mi casa, sentía como me miraba el culo y eso me ponía a mil.
    
    Lo colocó encima de la encimera mientras le pegué un nalgazo en ese duro culo de macho.
    
    - Lo siento, tenia que hacerlo jaj- le dije
    
    - vaya, cómo estás de desesperada por azotar a un hombre no?
    
    - Si, la cuarentena mijo
    
    La conversación se empezó a calentar, nuestros cuerpos se fueron acercando.
    
    - Ahora si me disculpas, te deje tu comida China en la cocina y yo me voy a seguir bronceando.
    
    Me quite la salida de baño al frente de él y me recosté en la silla afuera.
    
    - Esa comida puede esperar sabes?
    
    - Esperar a que?
    
    El tipo se acostó sobre mí besándome delicioso. Le cogi la cara y la barbilla para fusionar nuestras lenguas.
    
    - si te vas a broncear, por qué no al 100
    
    Entonces me quito es sujetador, agarrando mis tetas y besándolas.
    
    - Tu igual Dani
    
    Nos ...
«12»