1. Exhibicionismo y masturbación en el autobús de noche


    Fecha: 20/08/2022, Categorías: Masturbación Autor: Neto la neta, Fuente: CuentoRelatos

    ... excitado recorrí la chamarra, a modo que saliera mi pene, lo tenía totalmente erecto, sentía que me iba a reventar de tan parado qué lo tenía.
    
    Seguí masturbándome, y noté que la muchacha gordita tragaba saliva y con cara de sorpresa, de pena y excitación, no dejaba de verme, la chica bonita me miraba de reojo, pero con timidez; lo malo fue, que después de tres calles, ella se levantó, se acercó y como echándole la última miradita de cerca, dio la vuelta, tocó el timbre y se bajó, en ese preciso momento la mitad del autobús se bajó, casi estaba vacío y todavía faltaba hora y media para llegar a su destino final.
    
    Aproveché que ya no había tanta gente y me quité por completo la chamarra, bajé mi pantalón hasta las rodillas y me empecé a masturbar más rápido, mi corazón palpitaba más fuerte, mi excitación creció, giré descaradamente mi cabeza, para observar a la chica de atrás, la muchacha me miraba excitada y ya no se le notaba nada de timidez, miraba para todos lados, como asegurándose que nadie la viera, se lamía los labios, como saboreando mi pene, quería venirme de tan excitado que estaba, pero esperé, le di unos golpecitos a mi pito, para que se tranquilizara, giré la cabeza nuevamente y me sorprendí de lo que vi.
    
    Ella también se estaba masturbando, se había quitado la pantaleta y la falda la tenía remangada hasta la cintura, se podía apreciar su rica y sabrosa rajita, depilada y carnosa, su rostro era totalmente de lujuria, entre los dedos escurría un líquido ...
    ... transparente y viscoso, se podía escuchar su fuerte respiración aún con la fuerte música del chófer y el chacoteo que hacía al masturbarse.
    
    Me entre subí el pantalón y decidí, sentarme hasta atrás; al otro extremo de ella, bajé rápidamente mi pantalón y seguí masturbándome; aunque esta vez, mirándonos fijamente los dos, ella se retorcía y gemía bajito, se me quedó mirando unos segundos, giró la cabeza para observar a su alrededor, comprobando que nadie nos prestaba atención y se acercó junto a mí, me empezó a chaquetear la verga, primero suave y después rápido, pero delicadamente.
    
    Sin dudarlo, se agachó y empezó a lamerlo, lo succionaba con mucha experiencia, sentí la gloria en ese preciso momento, mi excitación creció más y le dije que se sentara junto a la ventanilla, me subí el pantalón, me arrodillé, le abrí las piernas y le empecé a lamer su rica cosita, la tenía mojadísima y su rica miel escurría de entre mis labios, lamí su ano y después la hice venir, ella gemía en voz baja “haaa, haaa, comete mi lechita, cómetela, papito por favor, por favor papi”.
    
    Con su cara suplicante y sonrojada, cerró los ojos y se empezó a convulsionar de placer, después me bebí toda su miel agridulce, que brotaba de su sabrosa verija, le bajé la falda y le pregunté si le había gustado, ella contesto que sí, que no le habían dado nunca un oral tan excitante, también le pregunté que si era casada o vivía con alguien y me respondió que no, me preguntó el porqué y le dije, que tenía muchas ...